viernes, 23 de julio de 2010

¿Y los nuevos valores?

Murió a causa de traumatismo cráneo-encefálico. Quizá la noticia no tuviera mayor relevancia, a no se ser porque se trataba de una pequeñita de apenas seis meses de nacida. Pero si eso provocó consternación, las causas de su muerte impactan profundamente: la mató a golpes su propia madre, una mujer de 26 años de edad.
A pesar de que en Sonora hemos ido perdiendo paulatinamente la capacidad de asombro, el hecho ocurrido en Ciudad Obregón y con desenlace en el Hospital Infantil del Estado, hace temblar hasta al más insensible. ¿Qué tan grave pudo haber sido el atrevimiento de la bebé para con su madre, de tal forma que ésta decidiera terminar con su existencia a punta de golpes? Es atroz solo imaginarlo.
Sin embargo, sirve el acontecimiento para corroborar, por enésima ocasión, que en Sonora los valores morales sigues desaparecieron de manera impresionante. Las familias se desintegran, se desbaratan, se autodestruyen, y las cárceles se siguen sobre-poblando con personas cuya cultura no les permite advertir que sus actitudes pueden convertirlos en delincuentes. El desenfreno en el comportamiento provoca hechos insólitos como el que nos ocupa.
Y es cuando, aunque no queramos, tenemos que voltear a ver los programas específicos de gobierno que supuestamente sirven para tratar de inculcar otro tipo de cultura a la comunidad en general. Me pregunto en qué quedó aquel programa instituido por la pasada administración estatal, al cual por cierto se le hizo demasiada alharaca, y que vendría a ser, dijeron, la más sensacional manera de regresar a la sociedad en general todos los valores perdidos que convertirían a Sonora prácticamente en el nuevo paraíso.
Cuando las cosas se hacen de corazón es cuando funcionan. Cuando se hacen con el propósito perverso de figurar, resulta todo lo contrario. Hoy en Sonora los valores dentro de las familias siguen ausentes. La juventud, sobre todo los padres jóvenes, no saben como serlo, y por el contrario, se pierden cada vez más en la irresponsabilidad, los vicios y la delincuencia. Y lo que “pretendían” fuera un estado lleno de respeto, cultura y educación, se convirtió sólo en declaraciones y fotos para los medios. Sin resultados que indiquen que eso era lo correcto.
Urge, extremadamente urge, regresar en forma seria y responsable a la búsqueda de los valores morales entre nuestra comunidad. El futuro de las nuevas generaciones se muestra muy preocupante así como vamos. ¿Quién o quienes van a ser los buenos?