La política priísta siempre está sustentada en los intereses económicos. Son muy raros los casos en que miembros de la militancia aspiran a llegar a la dirigencia del partido en busca de los cambios que requiere para ser un organismo confiable para la sociedad en su conjunto. Aquellos que alguna vez han pretendido apegarse fielmente a la doctrina del partido y tratar de recomponer las cosas, han terminado como enemigos de sus correligionarios.De lo poco que he leído, el originalmente conocido como Partido Nacional Revolucionario tuvo pretensiones honestas. Según la visión de Plutarco Elías Calles, el propósito era atender el reclamo popular, cuya participación política era cada vez más importante, pero además, como punto neural en todo esto, buscar la repartición equitativa de la riqueza en el país, por lo que se considera que sus inicios tuvieron síntomas de socialismo.
El partido supuestamente surgió con la intención de aterrizar los objetivos alcanzados después del movimiento revolucionario de 1910, y en base a eso se fueron adaptando los estatutos que regirían a su militancia. Por eso hay políticos que todavía hoy en día enarbolan la bandera revolucionaria. Sin embargo, es notorio que los priístas actuales no son precisamente los que defenderían a sangre y fuego los principios que “rigen” a su organización política.
Precisamente por todo esto es que difiero mucho de la opinión que se deja escuchar estos días, en el sentido de que con Claudia Pavlovich Arellano cambiarán radicalmente las cosas dentro del priísmo en Sonora. Yo no creo que la llegada de una dama, con todo y los antecedentes positivos que trae, sea el parte-aguas para que el PRI cambie su imagen. Menos en los momentos en que están dolidos por que no son precisamente el partido en el poder, con todo y el dominio que tienen en la mayoría de los estados mexicanos.
¿Para qué ir tan lejos? Simplemente aquí ya se dejan escuchar los nombres de conocidos personajes del jet-set guaymense como los más sólidos prospectos para llegar a la dirigencia priísta local, prácticamente abandonada ya por Lorena Garibay Ulloa. La clase rica es la que está más interesada en asumir las riendas del PRI, lo que deja de nuevo la evidencia de que ahí sobresale siempre la lucha de intereses. Aquellos militantes populares que siguen creyendo en que algún día las cosas cambiarán, de nuevo se quedarán “con un palmo de narices”.
El PRI necesita gente que viene de las clases populares, gente que realmente puede cambiar la imagen de un partido caracterizado siempre por la ambiciosa y desmedida corrupción de la inmensa mayoría de sus miembros. El PRI no está en el gobierno porque así se lo buscó, porque perdieron el control sobre sí mismos y porque ven a México como un botín cuya riqueza debe ser repartida nada más entre unos cuantos. El pueblo sólo sirve para votar a cambio de una promesa… ah, y de una torta.
El día que retomen sus principios, y que realmente se abran a la participación de gente que lo merece por trabajo, decencia, honestidad y HUMILDAD, quizá entonces logren recuperar la confianza de la gente.
Por lo pronto… lo veo bastante difícil. Con todo y caras bonitas.
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Un llamado para la gente de la SEC: En la Escuela Secundaria No. 1 “Abelardo L. Rodríguez”, hay un maestro cuyo nombre no tengo a la mano de momento, que acostumbra incursionar en temas no aptos para los jovencitos estudiantes, entre éstos los religiosos.
Podría no tener nada malo el asunto, el problema es que fustiga con dureza a los católicos, y trata de convencerlos de que su formación no es la correcta, además de que ya hizo un comentario que no les gustó a las niñas, al afirmar que “las únicas vírgenes que hay son ustedes… y se supone que lo son”.
El problema es que lo ubican como un maestro con quien podrían sufrir represalias en caso de quejarse, así es que hay ahí un buen “trompo a la uña” para nuestro buen amigo Omar Núñez Caravantes.
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Me puse chamarra de cuero negra, camiseta negra, unos jeans, y con boletos en ristre adquiridos en la pre-venta nos fuimos al Malecón. La idea era ir a disfrutar de la imitación de un concierto de Gun’s and Roses, cuyo tributo corre a cargo de un grupo ya plenamente identificado para eso. De hecho ya se presentaron en una ocasión con muy buen éxito. La perspectiva era sensacional.
A nuestra llegada al malecón, nomás vimos al vendedor de frituras, la carreta de tacos del Gilberto (que dicho sea de paso están muy buenos) y una buena cantidad de gente con el signo de interrogación en la cabeza. No había mamparas, no había templetes, no había equipo de sonido… ¡¡no hubo nada!
Pero lo más lamentable fue enterarme de las razones por las que se suspendió el evento. La señora Irma Campillo, directora del Instituto de Festividades de Guaymas, recibió horas antes un comunicado del representante del grupo, en el cual se le notificaba la cancelación del evento, lea bien: "por el alto grado de violencia que existe en Sonora".
Aunque no queremos reconocerlo, la guerra contra el narcotráfico está afectando más de lo que suponíamos. Ahora hasta los rockeros pagaron las consecuencias. .. Ni hablar.
