A partir del establecimiento del nuevo Ayuntamiento en
Guaymas, será muy interesante ver lo que hagan los partidos políticos, pero en
el caso muy especial, Acción Nacional, cuyos candidatos, todos, cayeron
abatidos en el más reciente proceso electoral, lo que ha derivado en fuertes
fricciones al interior de la militancia, que derivan ya en la exigencia de que
Francisco López Lucero concluya de una vez por todas su período como presidente
del organismo en este municipio.
El PAN regresa a sus tiempos
de oposición tras los sorprendentes resultados del pasado primero de Julio,
cuando se suponía que las condiciones estaban dadas para alcanzar la victoria
fácilmente. Nada le funcionó al aún dirigente panista, a excepción del objetivo
alcanzado de depender tres años más del erario vía regiduría obtenida a favor
de su cónyuge. Tras haber sido durante tres años abrumadora mayoría en el
cabildo, volverán a los tiempos de ser una minoría tímida y poco propositiva en
la administración de Otto Claussen Iberri.
Por eso es importante el rumbo que se le vaya a dar al
partido cuando su dejen venir los cambios necesarios en la dirigencia. Los
experimentos tendrán que hacerse a un lado y lejos de los intereses
particulares, tendrá que buscarse a un auténtico líder, a alguien que venga a
inyectar otro tipo de ideas al panismo regional, sobre todo en lo que se
refiere a las lesiones que han quedado después de los resultados electorales.
Al PAN le urge curar las heridas que están sangrando profusamente.
El desamor a la doctrina panista y la ambición desbocada de
uno o dos que se sintieron los dueños absolutos del partido y lo vieron como la
mejor forma de enriquecerse, es lo que provocó la derrota, inclusive para gente
que no lo merecía. Ese tipo de gente es la que debe desaparecer urgentemente de
las filas albiazules, y dar paso para que lleguen personajes que traen
impregnados los principios panistas.
En lo particular, considero que, por el trabajo desarrollado
tanto dentro como fuera del partido, Omar Núñez Caravantes es, en estos
precisos momentos, la mejor carta que puede tener el partido para iniciar el
pesado proceso de reestructuración y el restablecimiento ante la sociedad como
un organismo político de respeto, tras el trato que le dieron adherentes
egoístas y ambiciosos. El actual delegado de la SEC lleva hasta ahora una limpia trayectoria,
tanto como militante como servidor público.
La experiencia sufrida debe motivar a la reflexión y al
interés colectivo de la militancia. Enojarse lleva a perder el control y podría
representar hasta el “tiro de gracia” para el PAN en el futuro. Los panistas de
convicción deben hacer valer su voz y voto y exigir que se termine ya con el
proceso de auto-aniquilamiento que duró tres años. Algunos de ellos dicen que
nunca como ahora se hizo tanto daño al partido, y los resultados saltan a la
vista.
En su trayectoria, Omar ha demostrado que es una persona con
el criterio y la disciplina suficientes para hacer un trabajo que regrese la
armonía y la organización al hoy alicaído partido político.
El rescate del partido está en manos de su misma militancia.