Cuando Mónica Marín Martínez tuvo un momento libre en su hoy ajetreada vida, me dijo una frase que seguramente no saca de su cabeza: “no voy a perder la oportunidad de hacer historia (como alcaldesa)”, y vaya que la señora presidenta está dispuesta a hacerlo.
En una reciente charla con Ivette Guerrero Padrés, hoy su secretaria particular, me decía que Mónica es una mujer que está empeñada en hacer bien las cosas, y que así lo ha hecho saber a quienes hoy son sus colaboradores, algunos de los cuales, por cierto, no comulgan mucho con la idea de que para ganarse el sueldo hay que trabajar. Pero bueno, esa es otra historia.
Ayer, Mónica establecía el diálogo con los trabajadores reinstalados, mismos que exigían salarios caídos por alrededor de cuatro y medio millones de pesos. La alcaldesa finalmente pudo responder a sus requerimientos, y de común acuerdo llegar a un arreglo satisfactorio para ambas partes. Y espero que así haya sido.
Cuando digo que hay mujeres que saben hacer demasiado bien las cosas me refiero precisamente a gente como Mónica. Ya he dicho que la conozco literalmente de toda la vida, y que los principios familiares serían fundamentales para el cumplimiento del compromiso que asumió al llegar a la alcaldía interina. Ya lo está demostrando. Y más lo hará en el tiempo que le resta como rectora del municipio.
Hoy que la sociedad está inmersa en el asunto político-electoral, Mónica está más preocupada por atender los problemas que tiene el Municipio. La histórica oportunidad que tiene no la está perdiendo. Eso es por demás evidente.
Y no es que escriba alabanzas, como me dijo alguien por ahí. Es la realidad. Ni modo.
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“El Cachorro” afila muy bien sus uñas. Está dispuesto a pelear con todo por la victoria el próximo primero de Julio. Y el trabajo que se observa desde su “búnker” de la calle 16 es una muestra de ello. Ahí se ve demasiada actividad, y el ánimo salta a la vista. Están trabajando con ganas.
Marcos Ulloa Cadena sabe que sus posibilidades se elevan cada día como candidato del PRD-PT-MC a la diputación federal, y lejos de bajar el ritmo de su trabajo, le mete más energía. Ayer en la mañana platiqué con él, y su sonrisa manifiesta una confianza absoluta no solamente en el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, que es a donde más ha enfocado su campaña, sino en el suyo propio también.
“Aquí he ido de sorpresa en sorpresa. Me he encontrado a gente muy noble, personas que me han entregado toda su confianza, que me han dado un apoyo absoluto, gente convencida de sus ideales y que luchan “a brazo partido” por alcanzar los objetivos de López Obrador y de los demás candidatos de la izquierda. A mi me queda claro que esta es la oportunidad de llevar a AMLO al triunfo”, me dijo durante la conversación que tuvimos.
Mientras platicábamos, una gran cantidad de jóvenes trabajaban intensamente en la oficina de al lado. Llevaban y traían cajas, documentos, papeles, camisetas, y al salir, ya tenían una reunión en la que escuchaban con atención las distintas opiniones. Ahí se ve mucha actividad. Y el optimismo salta a la vista. Eso es bueno.
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Calladito calladito, pero a’i la lleva. Librado Navarro Jiménez es el mejor candidato que la izquierda puede postular para la alcaldía de Guaymas, y en estos días podría darse, finalmente, un acuerdo común en ese sentido.
Lo que pasa es que las dirigencias del PRD y del PT ya se percataron que el interés de Librado no se centra en alcanzar una regiduría para vivir cómodamente durante tres años, como otros. Navarro Jiménez quiere ser Presidente Municipal y su campaña de proselitismo la va a desarrollar con ese propósito. Ya lo dijo, “si no gano no me interesa ser regidor”. Vaya. No lo ocupa pues. Sus propósitos son otros.
Lo cierto es que si se da ese convenio, la izquierda podría dar una descomunal sorpresa el próximo primero de Julio. Librado tiene gente, y no es un ambicioso de poder. Quiere ser alcalde para regresarle a Guaymas algo de lo mucho que le ha dado. Eso es todo.