¿Qué deja para Guaymas la renuncia de Manlio Fabio Beltrones Rivera a la contienda interna del PRI para designar al candidato a la Presidencia de México? Podrían darse varias lecturas, pero creo que es interesante analizar un poco el futuro de los hasta ahora principales contendientes por la candidatura rumbo a la alcaldía de Guaymas, Otto Claussen Iberri y José Luis Marcos León Perea.
Por supuesto, al más antiguo estilo priísta, la definición en la cúpula tiene su consecuencia en estados y municipios y en esta ocasión no será la excepción. Hubo sacudidas muy fuertes que a estas alturas están entrando a una etapa de nerviosa tranquilidad, porque el futuro que muchos consideraban seguro se encuentra ahora en un punto de total desconcierto. Hay gente que ya no sabe, de plano, que va a pasar con todos sus proyectos.
Para nadie es un secreto que en Guaymas (algunos dicen que en Sonora) el mejor amigo de Enrique Peña Nieto, ya pre candidato a la Presidencia, es el ex alcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez. De tal forma, esto coloca al tambien ex diputado federal "en los cuernos de la luna", puesto que lo "peor" que le podría ocurrir en caso de una virtual victoria del casi candidato presidencial, sería ir a ocupar un puesto de importancia en el Gobierno Federal. Es decir, si el PRI regresara a Los Pinos, Astiazarán Gutiérrez regresaría por la puerta grande a la política regional.
Y en consecuencia, quien tiene mayores garantías de llegar a la candidatura por la alcaldía es el hoy diputado local Otto Claussen Iberri, parte activa del grupo que lidera Toño, conducido en Guaymas por Susana Corella Platt. Así se maneja en el PRI, no tiene por qué haber cambios ahora. Quizá una negociación podría llevar las cosas de otra forma, pero no creo que ahora que, como nunca, está tan cerca de la candidatura, Otto lo vaya a desaprovechar. Ser candidato, por supuesto.
¿Cuál podría ser esa negociación? La poderosa influencia de Beltrones Rivera tendrá que definir el rumbo de muchos de sus seguidores, y eso quizá podría fortalecer las aspiraciones del doctor León Perea, quien seguramente sufrió una sacudida tras el anuncio del ex Gobernador sonorense. Él ya le había ofrecido su apoyo al oftalmólogo, por lo que ahora las cosas necesariamente se ven muy diferentes. Sin embargo, León Perea sabe que, a pesar de las circunstancias, no todo está perdido.
Lo que no podrá solucionar todavía esta decisión, es el marcado divisionismo que existe al interior del PRI Guaymas, donde las cosas parecen polarizarse cada día más, y donde el rencor parece tomar fuerza, con riesgo de convertirse en un partido que difícilmente pueda hacer un buen ofrecimiento en el próximo proceso electoral, con todo y que tengan un buen candidato. Son oposición, y en esas circunstancias, las cosas se advierten bastante complicadas.
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Me llama la atención la polémica que se genera de nuevo por la llamada “mancha roja” de la avenida Serdán, la misma que suspendió, desde la pasada administración, el estacionamiento vehicular en la acera norte de nuestra principal avenida, provocando (dicen comerciantes) un grave deterioro en las ventas de negocios establecidos en esa área.
Restablecer el estacionamiento ahí tiene ventajas y desventajas. Para tomar una decisión hay que analizarlas bien y proceder. No es quizá tan complicado. De entrada, siento que quitar la “mancha roja” va a ser motivo de problemas de nuevo. Los automovilistas ya estamos acostumbrados a manejar con más comodidad por esa arteria, y en cierto modo, significa un retroceso cuando se habla de progreso, modernidad, desarrollo.
Los comerciantes insisten que su ventaja sería que se incrementarían las ventas, lo cual, sinceramente, dudo mucho. Cuando se hizo ese ordenamiento, se detectó que la mayoría de los vehículos estacionados en la acera norte era de dueños y empleados de los negocios. El cliente regularmente tenía que estacionarse donde lo sigue haciendo hoy en día. Argumentan que muchos negocios han cerrado sus puertas por el daño que provocó la prohibición de estacionamiento, pero si volteamos a la acera de enfrente nos daremos cuenta de que hay similar cantidad de negocios “tronados”. La crisis golpea (y muy duro por cierto) al parejo a la comunidad.
Lo que sí siento es que a nuestro buen amigo (porque es amigo) Javier Velderráin Paredes le está haciendo falta reunirse con los expertos viales y estudiar bien pros y contras antes de que se tome una determinación surgida de instancias que nada tiene que ver con Tránsito Municipal.
Hay problemas mucho más graves, como la instalación cada Miércoles del tianguis en la calle 19, y sin embargo se hace más alharaca por algo que prácticamente ya acostumbró a los guaymenses.