Los problemas entre el alcalde César Lizárraga Hernández y su Secretario Alonso Arriola Escutia, partieron del momento mismo en que el Munícipe le dijo que tenía que declinar a sus aspiraciones de ser candidato a la Presidencia Municipal de Guaymas. A partir de ahí, la relación entre ambos, sistemáticamente negada por uno y otro, fue ríspida. Las cosas no volvieron a ser igual.
Alentado por su entonces amigo personal, Alonso había alimentado sus esperanzas personales de llegar a la alcaldía, de tal forma que cuando César le dijo que tenía que “sentarse” porque esas eran las instrucciones que había recibido, el Secretario le reprochó y le dijo que, por amistad, su obligación era apoyarlo, defenderlo. El alcalde le dijo que no podía. Políticamente la decisión estaba tomada.
Cuantas veces se preguntó a ambos sobre tales diferencias, los dos las negaron. Inclusive se volvieron comunes las reuniones con grupos de mutuos amigos, a través de las cuales se simulaba constantemente la “excelente” relación entre los dos. Por eso la gente de su alrededor aseguraba que no había ninguna diferencia, y que todo era un simple escándalo de los medios de comunicación.
Llevar a Alonso a la renuncia a la Secretaría del Ayuntamiento se ha convertido en algo necesario para César. No pretendo justificar sus errores ni mucho menos, y vaya que son muchos, pero Alonso ha sido parte fundamental para que esta Administración esté hoy en una situación bastante complicada. Las actitudes del Secretario siempre han sido en base a caprichos y rabietas, imposiciones y hasta prepotencia. Para él ha sido práctica común gritar a los funcionarios en público.
Todo eso podría haberse terminado anoche. Ya muy tarde, se corrió la voz de que el Secretario del Ayuntamiento habría presentado su renuncia, lo cual en estos momentos ya es un secreto a voces. Ningún funcionario entrevistado esta mañana lo confirmó. Todos dijeron que ni siquiera estaban enterados. Las instrucciones fueron no revelar nada a la prensa.
Quiero pensar que es cierto, porque sería la mejor forma de que al alcalde se le empezaran a componer poco a poco las cosas. Y si realmente eso es lo que quiere y llegar, como se comenta, a la candidatura por la diputación local, prácticamente tiene que empezar de cero, convocando a todos los miembros de la Comuna, y de manera muy particular, a los que hoy lo ven con malos ojos, derivado de las actitudes arbitrarias que ha mostrado en contra de ellos Arriola Escutia.
Tiene que restablecer la relación con todos ellos, especialmente con quienes tenía un muy buen trato antes de ser alcalde, y que se fue terminando a medida que el entonces Secretario asumía literalmente el mando del Ayuntamiento.
Tras este importante paso, la hasta ahora presunta renuncia de Arriola Escutia de la Secretaría del Ayuntamiento, César todavía tiene tiempo para recomponer las cosas. Falta mucho, sí, pero por lo menos habría dado un paso que muchos han llegado a ver como imposible, sacudirse al más pesado lastre que ha tenido durante todo este tiempo.
La noticia podría confirmarse esta misma mañana.
DE ÚLTIMA hora nos dicen que no se ha confirmado la salida de Alonso Arriola Escutia de la Secretaría del Ayuntamiento, pero que ésta podría ocurrir en el curso de la semana o bien el lunes próximo.
Qué manera tan desordenada de hacer política. que bárbaros!