lunes, 1 de julio de 2013

Rentas: principal enemigo

Con mucha frecuencia, acostumbro irme caminando a las ocupaciones que tengo en el curso del día. Son varias las razones: hago un poco de ejercicio, gasto menos gasolina del carro y tengo la maravillosa oportunidad de saludar a múltiples amigos. Si acaso estos días el calor me obliga a hacerlo con menos recurrencia, pero siempre me resulta bastante agradable. Pero bueno, vaya esta breve introducción para el tema que hoy quiero compartir con ustedes.
En esas diarias caminatas, regularmente por la avenida Aquiles Serán o la Abelardo L. Rodríguez, ya hasta familiar me está resultando ver que nuevos negocios están cerrando sus puertas. Hoy en día, nuestra principal avenida cuenta con muchísimos edificios que están literalmente abandonados, y acaso algunos con el anuncio de “se renta”, a la espera de nuevos aventurados aspirantes a empresarios.
Ayer paseaba con mi familia por Soriana de Las Villas, y con mucha sorpresa vi que el local donde alguna vez funcionó “Gorditas Doña Tota” ya está cerrado también. Siempre tuve la impresión de que era una empresa “viento en popa”. Pero si nos ponemos a revisar con detenimiento, nos vamos a dar cuenta de que en realidad son muchos, cientos (quizá miles) de locales que ya no están operando porque, como se dice coloquialmente, “tronaron”.
Es cierto, hoy en día Guaymas forma parte de los millares de municipios del país que enfrentan una situación económica extremadamente grave. La falta de circulante y las cada vez más escasas oportunidades de trabajo mantienen en constante preocupación a la gente que siente cada vez más lejos la posibilidad de una mejoría económica. Sin embargo, el guaymense saca la casta y constantemente está viendo la posibilidad de abrir una nueva empresa. Los que pueden, invierten sus pocos recursos en un negocio nuevo, iniciando regularmente con todo el entusiasmo del mundo.
¿Qué es lo que hace que los negocios “quiebren”? ¿Cuál es la razón por la que, a pesar de tener una venta regular, muchas de esas empresas pronto desaparecen por incosteabilidad?
Hace algunos años, empecé un negocio de refresquería. En aquel tiempo renté un terrenillo, donde construimos una palapita y empezamos con la venta de raspados y nieves, entre otras cosas. La expectativas crecieron en apenas un mes de haber comenzado. Pero para el siguiente mes, el dueño del terreno ya pretendía dispararme la renta con un aumento del ¡¡ 150 por ciento !! Está de más decir que ese mismo día le di las gracias. Y el terreno quedó con el letrero de se renta”.
Conversando un día en el negocio de un buen amigo, llegó en ese momento la dueña del local. Él paga 3,500 pesos mensuales (si es que no le han subido), y la señora empezó a quejarse de que los demás inquilinos se estaban retrasando. Sin querer intervine en la plática y comenté “a lo mejor tienen bajas ventas”. Infortunado comentario. La señora respondió molesta “no es mi problema”.
Quise suavizar las cosas iniciando una conversación y le pregunté sobre los costos de las rentas. Entre 4,500 y 5 mil pesos por local. Me dijo que en esos momentos, de diez locales, tenía seis desocupados.
Le dije entonces que si no le convenía mejor reducir el costo de la renta para que se le ocuparan todos. Y me respondió ya más molesta: “eso cobro, y si no les parece prefiero no rentarlo”. Corté la conversación, pensé que no tenía sentido seguir entrometiéndome en un asunto que no era de mi incumbencia.
Pero sí me llevó a reflexionar y entender las razones por las cuales muchos locales están sin funcionar. En medio de una crisis económica que nos golpea rudamente a todos, los dueños de muchos locales cobran rentas altísimas queriendo con ello lograr una solvencia económica. Esto provoca finalmente que, si bien va, los dueños de los negocios saquen utilidades para pagar sólo la renta, la aniquilable energía eléctrica, sueldos, compromisos fiscales, y párele de contar. Ni soñar con beneficios propios. Y finalmente deciden cerrar.
“Prefiero no rentar si no me pagan lo que pido”. En lo personal me pareció absurda la respuesta, pero entendí que mucha gente que renta hoy en día sus locales piensa de una manera muy clara: si vas a poner un negocio en mi local, las ganancias las quiero para mi.
Yo había pensado rentar un localito para empezar un nuevo negocio.

Prefiero quedarme como estoy.

Vidas Públicas

¡Ya apareció el peine!... ¿O no?
Por Manuel Gutiérrez Fierro


Pues con la novedad que toda la alharaca que se hizo en el programa televisivo de Joaquín López Dóriga fue puro jarabe de pico: ni Memo Padrés se apersonó en Vícam, ni Mario Luna hizo honor a su palabra.

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