Esta mañana amanecí con un propósito que, según yo, es sano. Es más, creo que me será útil. Quiero poner un negocio, a lo mejor aquí en el porche de la casa, y mandaré hacer una lonita que diga “se compra todo lo robado”. Creo que me puede ser muy útil, porque supongo que con tanta rata suelta en Guaymas, habrá muchos que anden urgidos por vender lo que se roban tan fácilmente de casas, negocios o lo que sea.
Y le voy a decir por qué me estoy animando:
Resulta que hace unos días, se abrió una nueva chatarrera por rumbos de la colonia Miguel Hidalgo. “Antena” le dicen muchos todavía. A tres días de haberse abierto el negocio ese, sin temor a equivocarme, por lo menos un 50 por ciento de los vecinos de los alrededores ya sufrieron el robo de tubería de cobre, láminas galvanizadas, protecciones de fierro y todo lo que lleve metal duro. Algunos intuyeron lo que pasaba y se fueron a asomar a la chatarrera de marras… ahí estaba lo que les habían robado.
Y esa “hermosa” historia es la misma que se vive en la inmensa mayoría de los sectores de Guaymas. A las chatarreras llegan (investigue si no me cree) tuberías de cobre, protecciones de puertas y ventanas, herramientas, láminas, tinas, tapaderas de alcantarillas, cruces y adornos de fierro que se roban de las tumbas, y hasta placas de bronce o cobre que servían para cuestiones conmemorativas en obras públicas o monumentos. Y no dude que al rato empiecen a desaparecer las mismas estatuas de las plazas. Llega lo que usted menos se pueda imaginar. Lógicamente, todo eso es producto de robos.
Entonces, viendo que si en Sonora la compra de artículos robados es permitida por las actuales autoridades, no creo tener problema. Lo peor que me puede pasar es que lleguen policías a pedirme una lanita de vez en cuando y tenerlos contentos con eso. O regresar las cosas en el peor de los casos, porque lógicamente ya habría yo pagado cualquier miseria por eso. Es más, pediré orientación a algún dueño de una chatarrera para que me diga con quien hay que arreglarse para empezar a comprar cosas robadas.
Esta actividad se está realizando en Sonora (al menos en Guaymas y Empalme se hace con un descaro bárbaro) con una desfachatez increíble. No hace mucho una estación de radio se quedó fuera del aire porque los delincuentes fueron a apagar los equipos para robarse el cobre que encontraron en los aparatos de transmisión. Es común que la gente llegue a casa y se encuentre con que “desaparecieron” las puertas y protecciones de fierro. Los malandrines ya ni se interesan por lo que hay dentro de casa, a menos que sea de herrería. Si su carro cae en una alcantarilla abierta, no necesita ser adivino para saber que ya se robaron la tapadera. Y todo eso… ¡¡todo eso!!... está en las chatarreras, donde lo “funden” lo más pronto posible para que el delito quede totalmente impune.
Pero hasta ahora no ha habido ni un pinche diputado que tenga tres gramos de materia gris y plantee ante la cámara correspondiente sanciones a quienes están comprando descaradamente el fierro robado. Es más, revise y dígame cuál de los candidatos se ha referido a ese problema. ¡Nadie! ¡Ninguno! Y mire que sí es un problema bastante grave… gravísimo. De repente el agua no llega a casa porque los cabrones drogadictos (casi todos los que roban esto son adictos, ni modo) ya se largaron con toda la tubería. Y peor todavía, caminan tranquilamente por la calle con los tubos que arrancaron. Los agentes policiacos pasan en sus patrullas y todavía los saludan de mano… amistosamente!!
¿Cuál es el compromiso real que hay con las chatarreras? ¿Cuál o cuáles funcionarios públicos se están beneficiando con esto? Porque no me vayan a salir con la mam…. de que los que compran cosas robadas no están “arreglados”. ¡Por favor! Funcionarios de primero y segundo nivel y hasta agentes policiacos están recibiendo una muy buena lana de los propietarios de las chatarreras. Si no fuera así, los ladrones no se ocuparían de robar todo lo que huela a fierro.
Y lo mismo está ocurriendo también con los que están comprando los acumuladores de los vehículos. Van y los venden en chatarreras o sitios donde compran esas cosas, y nadie los molesta. Nadie les dice nada.
Así es que señores policías, señores funcionarios, cuando vean que yo pongo un anuncio donde diga que compro cosas robadas, favor de pasar por una lanita como acostumbran, porque la verdad, no creo que tengan la desvergüenza de decirme que estoy cometiendo un delito al comprar y vender cosas robadas. No sean tan cínicos, por favor.
PD.- Una recomendación ya para terminar: si tiene tubería de cobre en su casa regrese a los tiempos de antes y cámbiela por mangueritas. Sólo así impedirá que lo dejen sin agua.