lunes, 18 de abril de 2011


Finalmente, quienes asistieron al evento aseguran que no le fue nada mal al ex alcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez, y que su convocatoria para reunir a todos aquellos priístas que estuvieron directa o indirectamente involucrados en su administración pública alcanzó el éxito deseado. Al menos en Guaymas, el ex munícipe sigue teniendo fuerte presencia en el gremio tricolor.
En lo particular, creo que lo de Astiazarán Gutiérrez no tiene ninguna diferencia con otros proyectos políticos, no solamente del PRI, sino también panistas y hasta perredistas. Es alguien que formó parte de un plan que finalmente no funcionó, pero que como político que es, se niega a morir como tal. Y el que quiera mantener esa presencia en Guaymas como parte de estrategias futuristas podría no ser tan cuestionable.

En el PRI las cosas “reventaron” a partir de la derrota de 2009. La contundencia de los resultados electorales sacudieron a muchos que estaban convencidos de su permanencia en el poder y los llevó a una especie de auto-ostracismo. Pero en el caso de otros, como el ex alcalde, simplemente quieren seguir siendo parte activa del manejo de la política. Si al final se alcanzan o no los objetivos, eso ya sería otra historia.

Ahora bien, que como cabeza de un grupo político local busque llevar a la dirigencia de su partido a gente con la que intima amistosamente, no debiera sorprender a nadie. ¿Alguien conoce a un político de cualquier partido que no haga lo mismo? Lo de Walter Decima Pérez, a quien Toño quisiera ver en la presidencia del partido, pudiera no ser tan malo. La cruenta lucha que mantienen algunos miembros por quedarse con el control del partido, solamente está provocando más desunión, destrucción y odio entre la militancia, y en consecuencia, un negro futuro para el tricolor. Walter pudiera ser una diferencia en ese aspecto.

En medio de todo esto, creo que es importante hacer una reflexión: al parejo con propósitos de esta naturaleza, debiera establecerse como punto principal sacudirse todo lo que huela a “boursismo”. Está comprobado que lo que se relacione con la pasada administración pública provoca repulsa en la opinión pública. Por eso es importante pegarse un buen baño y lavar muy bien el mal olor que quedó de eso.

Y debiera ser una preocupación para Otto Claussen Iberri, quien sigue alentando su sueño de ser alcalde de Guaymas con dos puntos muy en contra: uno, que difícilmente el 2012 perderá Acción Nacional en Guaymas, y el otro, que todavía sigue creyendo que su padrino político tiene el poder de antaño y que conserva aquella varita mágica que todo lo volvía realidad. Tampoco el 2012 será el año de Otto. Creo que en estos momentos sería bueno pensar en otras cosas.

-----------

Preguntas en serie:

- Si Manuel Aguilar Juárez no hubiera sido el elegido tan prematuramente para ser candidato a alcalde por el PAN en 2012, ¿estaría igual regalando tantas toneladas de pescado a gente de escasos recursos? Para mi que no.

- Tras la salida de Librado Navarro Jiménez de la Dirección de Seguridad Pública, ¿está garantizada la seguridad de los guaymenses, y sobre todo la de los vecinos de los puntos donde descarada y cínicamente se cometen ilícitos durante las 24 horas del día? ¿Qué no dijeron que eso se iba a terminar?

- A Héctor Laguna Torres, diputado local, se le pidió apoyo para atender un asunto relacionado a un dizque poderoso ex notario público, y el legislador prefirió volverse “ojo de hormiga”. ¿Tuvo miedo o lo aplacaron antes de tiempo?

- ¿Alguien sabe donde quedó Francisco “Paco” Bueno Ayup después de que le ordenaron que no siguiera de “acelerado” buscando la candidatura panista por la alcaldía de Guaymas? Desde entonces, ya ni siquiera se volvieron a asestar golpes contra los que están vendiendo alcohol fuera de la Ley. Es más, ni en su oficina se le encuentra ya.

- ¿Y lo de la guardería ABC de Hermosillo en qué quedó? ¿De plano no habrá castigo para los responsables? ¿Así de asquerosa la cosa?