Para la elaboración del tema de hoy, debo recurrir necesariamente de nuevo a la figura de Sara Valle Dessens. Entenderán por qué:
La ahora ex alcaldesa, cada jueves a las 7 de la mañana, llegaba a mi programa “Despertar Informativo”, que se transmitía entonces en mi añorada “FM 105”. Establecía un contacto directo con la gente vía telefónica. Así era el sistema a través del cual funcionaba ese programa. No se atendía a nadie de manera personal.
En una ocasión, cuando Sara platicaba con la gente a través del teléfono, con transmisión al aire, de repente se abrió la puerta de cabina, y apareció ahí un sujeto regordete, de espeso bigote y lentes, mirada torva y retadora. Tras él se veía a un numeroso grupo de personas. Su repentina presencia nos sorprendió, y les di los buenos días. En esos momentos corría la pausa comercial.
El sujeto no me contestó. Simplemente se dirigió a la entonces Presidenta Municipal y le dijo: “Licenciada, queremos hablar con usted”. Tratando de ser lo más cortés posible, me dirigí a él, y le dije que me disculpara, que estábamos en un programa que se estaba transmitiendo en vivo, y que si me podía hacer el favor de esperar a la alcaldesa a que terminara el programa.
El mofletudo tipejo cometió la majadería de darme la espalda, y dirigiéndose a Sara le empezó a mostrar unos papeles, al tiempo que pretendía darle una explicación. Le insistí en que tenía que esperar, porque estábamos por entrar al aire. Entonces el gordo volteó y me advirtió: “vengo con ella, no con usted”, y me volvió a dar la espalda.
Confieso que eso me hizo perder el control, y me levanté encolerizado y le ordené que se salieran inmediatamente de cabina, ya que de lo contrario me vería obligado a recurrir a la autoridad por estar invadiendo un sitio privado. Fue la intervención de Sara, quien les pidió amablemente que la esperaran a que terminara lo que impidió que el asunto llegara a mayores. Cuando se fueron, le pregunté a Sara quienes eran. “Son de “Antorcha Campesina”, me dijo.
Cuando el programa concluyó, me tomé un par de minutos para hacer un comentario, muy molesto por lo que había pasado, y mencioné que eran miembros de esa organización. A punto de cerrar el micrófono, se abrió violentamente la puerta y apareció de nuevo el sujeto de marras, quien a grito abierto me amenazó, y me dijo que recurriría a donde fuera para que me “corrieran” de la radio, que ellos tenían muchas influencias y que me había metido en un lío al criticarlos.
Al estilo de quienes son valientes de voz pero cobardes en los hechos, cuando me levanté convertido en un energúmeno, salieron casi corriendo, asustados, eso sí, sin dejar de proferir sus tontas amenazas.
Así es como se mueven los “líderes” de esa organización llamada “Antorcha Campesina”, de quienes dicho sea de paso, poco he sabido de alguna lucha que hayan emprendido y que hayan ganado. Su política de trabajo es de armar tremendos revuelos bajo el argumento de que ayudan a la gente pobre, pero finalmente con un objetivo específico: beneficios sólo para sus dirigentes. Controlados, lógicamente, por políticos que los utilizan para apuntalar sus propios intereses.
Precisamente, porque sé como se desenvuelve esa gente, es que dudo, sin temor a sufrir una equivocación, que a ninguna de las personas que están “ayudando” con su recibo de CFE les van a resolver el problema. A toda esa gente que andan “movilizando” prometiéndoles que van a conseguir que les bajen los cobros que aparecen en sus recibos, la van a engañar. Van a pagar lo mismo, y quizá lo único que consigan sea que se pague en abonos, para decir que ellos lograron ese “triunfo”. Sólo hay que esperar un poco de tiempo para eso. Quizá unos días.
Haber causado el terrible dolor de cabeza a cientos y quizá millares de guaymenses que circulaban este lunes por la carretera norte de Guaymas al proceder a bloquearla, debería hacer entender a quienes están confiando en sus “gestiones”, que “Antorcha Campesina” ya perdió el pleito. A CFE no le van a ganar, pero para demostrar que “están con los más necesitados”, son capaces hasta de perjudicar a gente que nada tiene que ver con el movimiento de marras.
No sé quien financia a “Antorcha Campesina”, pero sí me queda claro que es el clásico tipo de “organizaciones” que sólo sirven para albergar a individuos sin moral, que viven de este tipo de movimientos y de la buena fe de quienes creen que sus movimientos son honestos.
Eso es mentira.