“Prevención es la solución” dijo
Librado Navarro Jiménez, cuando como comandante de policía en Guaymas, le realicé una entrevista para Contraportada, refiriéndose entonces a los elevados índices de delincuencia que están agobiando al país. En estos tiempos ya podemos decir que el territorio mexicano está plagado de personas que se dedican a todo tipo de actividad ilícita. Es una situación alarmante.
Y en el caso de Guaymas, ahora ya no podemos decir que somos una ciudad tranquila donde estamos exentos de los hechos sangrientos que antes nos impresionaba tanto ver en los espacios noticiosos como cosa común en otras ciudades del país. En el último mes han ocurrido sucesos que evidencian que este otrora tranquilo puerto ya es presa también de la presencia de personas involucradas con el crimen organizado.
En una frase de tan cortas palabras como la expresada por el entonces comandante en jefe de la corporación local, se encierra una realidad a la que, sistemáticamente, nos negamos a asumir. Todos asustados hablamos siempre de la presencia de sicarios y “tiradores” de drogas en Guaymas y Empalme, pero pocos, muy pocos, asumimos el reto de establecer un vínculo firme con nuestros hijos para evitar que se sientan subyugados por la idea de un día ingresar a las filas delincuenciales.
Las personas que hoy en día están entregadas en cuerpo y alma a cometer delitos, son individuos, hombres y mujeres, cuyas vidas bien pudieron haber sido encauzadas de una manera distinta, pero el desprecio que muchos padres de familia tienen al compromiso de educar a futuras personas de bien es la principal razón por la que cada vez haya gente mucho más joven comenzando a construir un futuro incierto.
Pero también aquí va implícito el compromiso que debiera tener el gobierno, en sus tres distintos niveles, de prevenir a través de los programas de fomento a la cultura y a los valores la creación de nuevos delincuentes. Simple y sencillamente los gobiernos han desatendido su obligación de instruir a las nuevas generaciones para que busquen caminar por el camino correcto. Al gobierno le importa poco el futuro de la gente joven.
No vayamos tan lejos: recientemente la Secretaría de Educación Pública anunció oficialmente la prohibición de que se repruebe a estudiantes aún con los bajos niveles académicos que presente. Con esto sólo se fomenta la flojera estudiantil y permite la desorientación del sector llamado siempre “el futuro de México” por los políticos. Consecuencia de esto: menos profesionistas y más gente con necesidades apremiantes que los lleven a buscar en la delincuencia su mejor forma de vivir.
En prevenir está la solución. Mientras haya padres de familias ignorando su obligación de educar a sus hijos y mientras exista un gobierno cada vez más alcahuete con el estudiante, no podemos considerar la posibilidad de tener un mejor futuro para nuestra juventud. Pareciera entonces que hay más interés en fomentar la delincuencia que en abrir mejores opciones para los muchachos.
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El guaymense
Manuel Villegas Rodríguez está ya dentro del engranaje del Gobierno del Estado. Después de su satisfactorio trabajo realizado al sur de la entidad dentro del proceso electoral, ahora está dentro de la jefatura de la oficina de la Secretaría de Gobierno, en una oportunidad que se le da tras responder al compromiso adquirido.
No es cualquier cosa. Es una responsabilidad muy grande que seguramente tratará de sacar adelante con empeño y entrega.
Buena suerte!
