jueves, 13 de diciembre de 2012

Preocupación en la Comuna...

Aunque trate de ocultarse, empieza a crecer la preocupación al interior del Ayuntamiento de Guaymas, donde a como van pasando las semanas, se observa la falta de recursos económicos, inclusive hasta para cubrir salarios, que advierte ya la gravedad de las cosas.

Alguien mencionaba en días pasados que el alcalde Otto Guillermo Claussen Iberri se la vive en la capital del país, y que pocas veces es localizado en sus oficinas de Palacio Municipal. Y tienen razón. El Presidente Municipal de Guaymas ha hecho constantes viajes a la capital del país, por la sencilla razón de que se carece de recursos económicos para el sostenimiento de la Comuna, y los busca desesperadamente… donde se pueda.
Y esto apenas es el principio.
Advertido el alcalde que del Estado no va a poder sacar gran cosa, tras haberse negado a firmar un desplegado en el que 71 alcaldes daban su presunto apoyo al Gobierno del Estado a través de una petición a los diputados para aprobar el presupuesto de 2013, va a tener que estar haciendo viajes demasiado constantes a la capital de México una vez que el nuevo Gobierno Federal es de origen priísta, porque queda claro que de ahí es de la única parte de donde podrá obtener posibles recursos.
Guaymas, como otros municipios sonorenses, está “tronado”. La ambición desmedida de un alcalde panista, que --como César Lizárraga Hernández-- dejó literalmente en ruinas al Municipio, ha metido en un gravísimo aprieto a su sustituto, quien empieza a reflejar preocupación porque las semanas transcurren inexorables sin que se vean todavía resultados alentadores. Y de no encontrar una solución inmediata, esto podría convertirse pronto en una catástrofe.
Claussen Iberri soñó durante muchos años con esta oportunidad. Hoy que la tiene, no debe permitir que sea su tumba política. Y la experiencia que presume a lo largo de tantos años dentro del quehacer público, es lo que puede marcar una gran diferencia entre una y otra cosa.
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En Empalme, el alcalde Héctor Moisés Laguna Torres se enfrenta a un buen problema con el asunto relacionado con los transportistas, quienes estuvieron ayer con el Secretario del Ayuntamiento y los representantes de la autoridad en ese rubro, tanto municipal como regional. Lo que para las autoridades es un asunto no tan complicado de resolver, para los concesionarios fue la mejor manera de evidenciar las profundas diferencias que existen entre ellos.
Estuve un rato en la reunión que sostuvieron, donde a pesar de los esfuerzos de Juan Valentín Rendón Gutiérrez por llevar en orden los trabajos, sugiriéndoles reiteradamente la presentación de propuestas que sirvan para establecer un nuevo sistema de trabajo que les permitan no solamente beneficiarse en conjunto, sino ofrecer un mejor servicio de transporte a la comunidad, los señores concesionarios “enseñaron el cobre” y dejaron en claro que ellos buscan que sólo “truenen sus respectivos chicharrones”.
Fueron a una reunión en búsqueda de soluciones, pero no se pusieron de acuerdo antes para los planteamientos que tenían que hacer, y unos a otros se los estuvieron rebatiendo, por lo que los representantes de la autoridad tuvieron que actuar con un poco más de energía para controlar aquello que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
Por cierto, se quedaron mudos cuando reprochaban corrupción de los "checadores" y el delegado regional les contestó que la corrupción es entre ellos mismos, porque estos son SUS empleados.
Al final no me quedé, pero quiero suponer que hubo común acuerdo y que habrán de presentar las propuestas que vendrán a mejorar el servicio, el cual en los últimos meses ha mostrado tan graves deficiencias que estas están exhibiéndose constantemente por el público usuario, que es el que resulta gravemente perjudicado.