martes, 25 de septiembre de 2012

Delincuencia partidaria

Efectivamente, como lo asegura el PRD, en el PRI no escogieron bien a sus candidatos para el pasado proceso electoral, y la prueba de eso es que hoy cargan con la vergonzosa postura de ser un partido donde, en su interior, se vuelve a cometer un asesinato con todos los tintes de asunto político. Lo peor es que de nuevo se involucran políticos sonorenses.
Y es que no es de entenderse cómo es que tuvieron que ser los medios de comunicación los que hayan detectado que, en un pasado no muy lejano de Manuel Alberto Fernández Félix, este se vio involucrado en hechos que pusieron en duda su integridad moral, cuando fue “levantado” presuntamente por un grupo armado, hecho del que pudo salir adelante. ¿Cómo? Vaya usted a saberlo.
Es decir, en el Revolucionario Institucional seleccionaron a su candidato a diputado por el XVII Distrito a Eduardo Castro Luque, y sin más, Fernández Félix apareció como su suplente. Nunca se dieron por enterados de los antecedentes del tipo, y mucho menos supieron que era una persona cuya ambición podía llevarlo a cometer hasta un crimen. Vaya, el sujeto ni siquiera espero a que el diputado electo tomara posesión. Quería el sueldo íntegro para él.
Pero bueno, finalmente esta es una evidencia clara de que mentes criminales siguen pululando dentro de los partidos políticos. En todos, no solamente en el PRI. La delincuencia organizada permea dentro del ambiente político, y los partidos ni por enterados se dan, lo que denota el terrible descontrol que existe dentro de nuestra sociedad. Aquello de “en manos de quién estamos” cada día tiene más fuerza.
Y como medios de comunicación cada día tendremos que ser más cautelosos para poder publicar. Alguien me dijo en una ocasión que si por qué no escribía de los “tiraderos” de drogas y de la gente que se mueve dentro del mundo de la mafia, y fue más allá al decirme que si eso no era cobardía. Le respondí que quiero lo suficiente a mi familia como para arriesgarme a formar parte de las estadísticas olvidadas de periodistas asesinados. Por esa razón no me meto con la delincuencia organizada… ¿tendré que dejar de criticar a los políticos también entonces?
Las cosas, hay que aceptarlo, están totalmente fuera de control. Los crímenes están a la orden del día, y ya llegaron al ambiente político. Y son los partidos los que ahora tienen que asumir su responsabilidad y demostrar al ciudadano común que sus políticas son realmente limpias. Partidos en cuyo interior se mueven delincuentes no pueden ser confiables.
¿Cuál se salva?