Tras las rejas y a disposición de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común quedó el presunto violador de una joven vecina del fraccionamiento Niza, informó Francisco Javier Vidaurrázaga Soto.
El comandante operativo de Seguridad Pública Municipal indicó que lo anterior ocurrió a las 4:45 horas de este lunes, en la colonia “Rodríguez Alcaine”.
En ese lugar los gendarmes llevaron a cabo el arresto de Víctor Felipe Pimentel Campillo, de 30 años de edad, quien tiene su vivienda en el lote 14, manzana 17, del mencionado sector.
Dicho individuo fue denunciado por una joven de 14 años de edad, avecindada en el fraccionamiento “Niza” y cuyo nombre omitimos por razones obvias como la misma persona que la ultrajó sexualmente.
La afectada fue localizada por los guardianes del orden público en el estacionamiento del negocio denominado “Dominos Pizza” alrededor de las 04:15 horas de hoy.
La joven narró a los gendarmes que horas antes se encontraba en una fiesta en la colonia Guadalupe donde conoció a Pimentel Campillo quien tripulaba un automóvil marca Ford “Fiesta”, tipo sedán, modelo 2004, en color rojo, con placas de circulación VLJ-6087, el cual se encuentra a nombre de Margarita Román.
En su denuncia la afectada narró a la policía que Víctor Felipe la invitó a viajar a Mazatlán, Sinaloa y como dijo tener problemas con su mamá aceptó el ofrecimiento.
Detalló que cuando viajaban a bordo del auto por rumbo de la carretera internacional al pasar la ciudad de Empalme su nuevo amigo se internó entre el monte diciéndole que visitaría un rancho de su propiedad.
Fue en ese lugar donde mediante la violencia la despojó de su vestimenta y la violó, pidiéndole que no lo denunciara y ella le solicitó que la regresara a Guaymas siendo de esa manera que Pimentel Campillo la dejó en el mencionado negocio de pizza.
Al tener conocimiento de lo anterior los uniformados se dieron a la tarea de localizar al presunto violador lo cual ocurrió a las 4:45 horas en el exterior de su vivienda donde fue detenido.
En tal virtud Pimentel Campillo fue recluido en el Centro de Detención Municipal en donde quedó a disposición de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, donde resolverán su situación legal.
lunes, 1 de noviembre de 2010
La soberbia de César
Quizá haya quien a estas alturas se atreva a querer negarlo, pero es incuestionable que el Ayuntamiento de Guaymas se ha convertido en una auténtica “bomba de tiempo”, la que en cualquier momento va a estallar y podría provocar otro de los muy lamentables sucesos políticos que se han registrado a lo largo de la historia moderna de nuestro municipio.
La soberbia impide el acceso a la razón. Por eso el alcalde César Adrián Lizárraga Hernández ha puesto oídos sordos y ojos ciegos a las constantes sugerencias de quienes alguna vez le tuvieron una absoluta confianza, y que han tratado de hacerle ver la realidad que está viviendo la autoridad municipal. Por eso cada vez son más los que, a sus espaldas, lo dicen de la manera más clara que pueda explicarse: “esto es un desmadre”.
Por lealtad amistosa no puedo dar nombres, pero gente que inclusive estuvo íntimamente ligada a la campaña política del entonces prometedor muchacho investido como candidato panista, hoy se muestran profundamente decepcionados, no solamente por los constantes desdenes que reciben de parte del munícipe guaymense a sus opiniones y apreciaciones sobre el futuro de la Comuna, sino porque además al alcalde se le han hecho cuestionamientos profundamente graves, y no se ha preocupado por aclarar absolutamente nada.
Tan sólo el caso de las famosas nuevas lámparas para Guaymas. A pesar de que algunos medios de comunicación han ofrecido fuertes evidencias de que esto podría convertirse en uno de los principales negocios particulares del alcalde y algunos de sus más cercanísimos colaboradores, en contraparte él dijo en una estación de radio que en unos días Guaymas estaría iluminado completamente. No solamente no ocurrió eso, sino que hoy hay sectores donde la oscuridad reinante es un atractivo estímulo para la delincuencia. Tan sólo pase cualquier día de la semana por la calle 13 para que corrobore esto.
Así como la penumbra que se observa en esas colonias, así está la penumbra al interior de nuestra administración pública. Porque es nuestra. Se supone que la mayoría de los guaymenses la pusimos. Porque no queremos finalmente creer que la llegada del actual alcalde haya sido producto de la oscura negociación que se planteó, en la que por ganarle a Carlos Zaragoza Decima se habría aliado con conocidas familias de la alcurnia priísta de toda la vida, entre otros.
De hecho, a César Adrián no le ha interesado mucho respetar al partido que lo llevó a la alcaldía. Ahí está la foto que se tomó con Manlio Fabio Beltrones Rivera, ahí están los problemas que tuvo (y sigue teniendo) al inicio de la administración, cuando dijo que no quería a militantes panistas en su gobierno, y ahí está su asistencia física al informe del diputado del PVEM Héctor Samuel Moreno Terán, donde por cierto recibió el desprecio de no haber sido nombrado a la hora de destacar a los invitados especiales, todos ellos priístas.
Es dramático lo que está pasando. Regidores que antes fueron sus aliados hoy mejor ya ni lo buscan. Para qué. Difícilmente pueden entrar a la oficina del alcalde, aún cuando su jerarquía es similar. Funcionarios públicos que aceptaron de buena gana la invitación a trabajar porque veían excelentes perspectivas en este gobierno, hoy prefieren “nadar de muertito”, porque el alcalde no acepta sugerencias, no acepta opiniones… no acepta nada.
Lizárraga Hernández va a terminar la administración. No le van a revocar el mandato. Pero no es esto porque esté cumpliendo con la encomienda asignada. Va a terminar por estrategias políticas. Al PAN en Sonora no le convendría un escándalo de semejante naturaleza. Sobre todo cuando se establecen ya estrategias para tener un mayor dominio en Sonora, estado que no van a soltar por nada del mundo. Esa es la razón por la que César Adrián puede sentirse tranquilo. Quizá por eso todo lo que está haciendo.
Sin embargo, cada vez son más los que empiezan a estigmatizarlo con el peor adjetivo que se le puede dar a un ser humano… traidor.
“Lo que hiciste no se paga con un simple agradecimiento… se paga con acciones”. Autor: César Lizárraga Hernández.
La soberbia impide el acceso a la razón. Por eso el alcalde César Adrián Lizárraga Hernández ha puesto oídos sordos y ojos ciegos a las constantes sugerencias de quienes alguna vez le tuvieron una absoluta confianza, y que han tratado de hacerle ver la realidad que está viviendo la autoridad municipal. Por eso cada vez son más los que, a sus espaldas, lo dicen de la manera más clara que pueda explicarse: “esto es un desmadre”.
Por lealtad amistosa no puedo dar nombres, pero gente que inclusive estuvo íntimamente ligada a la campaña política del entonces prometedor muchacho investido como candidato panista, hoy se muestran profundamente decepcionados, no solamente por los constantes desdenes que reciben de parte del munícipe guaymense a sus opiniones y apreciaciones sobre el futuro de la Comuna, sino porque además al alcalde se le han hecho cuestionamientos profundamente graves, y no se ha preocupado por aclarar absolutamente nada.
Tan sólo el caso de las famosas nuevas lámparas para Guaymas. A pesar de que algunos medios de comunicación han ofrecido fuertes evidencias de que esto podría convertirse en uno de los principales negocios particulares del alcalde y algunos de sus más cercanísimos colaboradores, en contraparte él dijo en una estación de radio que en unos días Guaymas estaría iluminado completamente. No solamente no ocurrió eso, sino que hoy hay sectores donde la oscuridad reinante es un atractivo estímulo para la delincuencia. Tan sólo pase cualquier día de la semana por la calle 13 para que corrobore esto.
Así como la penumbra que se observa en esas colonias, así está la penumbra al interior de nuestra administración pública. Porque es nuestra. Se supone que la mayoría de los guaymenses la pusimos. Porque no queremos finalmente creer que la llegada del actual alcalde haya sido producto de la oscura negociación que se planteó, en la que por ganarle a Carlos Zaragoza Decima se habría aliado con conocidas familias de la alcurnia priísta de toda la vida, entre otros.
De hecho, a César Adrián no le ha interesado mucho respetar al partido que lo llevó a la alcaldía. Ahí está la foto que se tomó con Manlio Fabio Beltrones Rivera, ahí están los problemas que tuvo (y sigue teniendo) al inicio de la administración, cuando dijo que no quería a militantes panistas en su gobierno, y ahí está su asistencia física al informe del diputado del PVEM Héctor Samuel Moreno Terán, donde por cierto recibió el desprecio de no haber sido nombrado a la hora de destacar a los invitados especiales, todos ellos priístas.
Es dramático lo que está pasando. Regidores que antes fueron sus aliados hoy mejor ya ni lo buscan. Para qué. Difícilmente pueden entrar a la oficina del alcalde, aún cuando su jerarquía es similar. Funcionarios públicos que aceptaron de buena gana la invitación a trabajar porque veían excelentes perspectivas en este gobierno, hoy prefieren “nadar de muertito”, porque el alcalde no acepta sugerencias, no acepta opiniones… no acepta nada.
Lizárraga Hernández va a terminar la administración. No le van a revocar el mandato. Pero no es esto porque esté cumpliendo con la encomienda asignada. Va a terminar por estrategias políticas. Al PAN en Sonora no le convendría un escándalo de semejante naturaleza. Sobre todo cuando se establecen ya estrategias para tener un mayor dominio en Sonora, estado que no van a soltar por nada del mundo. Esa es la razón por la que César Adrián puede sentirse tranquilo. Quizá por eso todo lo que está haciendo.
Sin embargo, cada vez son más los que empiezan a estigmatizarlo con el peor adjetivo que se le puede dar a un ser humano… traidor.
“Lo que hiciste no se paga con un simple agradecimiento… se paga con acciones”. Autor: César Lizárraga Hernández.
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