martes, 5 de febrero de 2013

Reanuda clases CBTIS

Invita alcalde a llevar el problema interno del plantel al exterior para no afectar a alumnos 
Al menos unos 800 alumnos del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) No. 40, regresaron este martes a sus actividades normales luego de dos meses sin clases debido a problemas internos entre el sindicato de trabajadores y las autoridades educativas.
Con la finalidad de mediar y defender los intereses tanto de los padres de familia como de los mismos alumnos, el presidente municipal Otto Claussen Iberri, intercedió para que todos los estudiantes regresaran a sus aulas sin mayor problema, e invitó a las partes involucradas a trasladar el problema fuera de las instalaciones para no afectar más a la educación de los jóvenes.

Influyentismos despreciables


Desde siempre, los llamados programas sociales manejados por algunas dependencias de gobierno, han rendido resultados positivos para una parte importante de la población, de manera muy particular la gente que pertenece a los sectores más desprotegidos tanto en lo económico como en la prestación de servicios comunitarios, un estigma que parece no terminará jamás en nuestro país.
Sin embargo, estos programas en algunas ocasiones han sido duramente cuestionados cuando se detectan situaciones irregulares, como me tocó hace algunos años, cuando un grupo de colegas logramos reunir una buena cantidad de despensas para apoyar a la gente de limitados recursos económicos. Para incrementar el monto de la entrega, recurrimos a DIF, en cuyas bodegas nos enteramos que había una fuerte cantidad de alimentos no perecederos.
El cuadro era dramático: había una gran cantidad de despensas apiladas unas sobre otras, con bolsas de cuyo interior muy poco producto en buen estado logramos recuperar. La mayoría eran comestibles que, debido al encierro prolongado, ya eran asquerosa contaminación. Preguntamos por qué no se habían entregado en tiempo y forma y nunca pudimos obtener una respuesta. Esas despensas jamás llegaron a gente que seguramente hubiera calmado un poco su hambre con eso.
Muchos años más atrás, cuando era reportero de La Voz del Puerto, me tocó ir a cubrir una información en lo que era una especie de bodega en la zona portuaria, donde las autoridades aduaneras acumulaban todos los artículos (sobre todo eléctricos) que se decomisaban por ser contrabando. En aquella ocasión recuerdo que Aduana entregaría televisores, estéreos y no sé qué tantas cosas más a DIF para que se distribuyera entre la gente con necesidad. La mayoría de los artículos recogidos se repartieron entre los “amigos” y “amigas” de las autoridades en turno, gente con suficiente solvencia económica pero vulgares ambiciosos a quienes importó un bledo la gente pobre.
Todo esto viene a referencia porque, en las últimas semanas, he estado recibiendo algunos reportes que, la verdad, me parecen muy preocupantes. Los gobiernos federal y estatal desde hace tiempo vienen ofreciendo en apoyo recursos económicos para personas de la tercera edad, adultos mayores como se les conoce también. Son cantidades que van de los mil a los casi dos mil pesos por mes, y que supuestamente se empiezan a entregar después de hacerse un estudio socio-económico, cuya consecuencia es la atención inmediata para la persona que los necesita.
El asunto que nos ocupa es que, algunas personas que lógicamente nos pidieron el anonimato, nos han asegurado que muchos de esos recursos están yendo a parar a manos de, adultos mayores, sí… pero gente que tiene un nivel económico lo suficientemente sólido como para que esa absurda cantidad no les alcance ni para la gasolina que gastan al usar sus lujosos vehículos de modelo reciente. Tan sólo mencionarlo provoca repugnancia.
¿Cómo empezaron a verse “beneficiados” con ese dinero? Eso es precisamente lo que nos corresponde investigar. Pero me queda claro desde ahora que son personas que se valieron de influencias --vaya usted a saber con qué funcionarios-- para hacerse de un recurso que seguramente le estaría sirviendo muchísimo a alguno de los ancianos que radican en humildes viviendas de lámina de cartón y madera en una de esas colonias olvidadas de Dios. ¿Cómo pueden ser tan asquerosos?
Prometo a mis gentiles lectores tenerles, muy pronto, información específica al respecto.
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Tuvo que devorar un tigre a su domador en un circo de Etchojoa para que, como siempre, Protección Civil asome la cabeza y advierta que emprenderá “acciones enérgicas” para vigilar el funcionamiento de la actividad circense.
Estos, como empleado inútil, siempre llegando tarde a sus responsabilidades. Nunca advierten dónde está el verdadero peligro, y sólo se la pasan creando historias fantasiosas cuando el meteorológico dice que va a hacer frío o van a caer unas gotas de lluvia.