lunes, 6 de julio de 2015

Basura política

Cada vez está más cerca el cambio de poderes, tanto en Gobierno estatal como en municipios, y en Guaymas, asalta de manera natural la duda sobre el futuro que tenga nuestra ciudad y sus inmediaciones con un alcalde de origen panista y una gobernadora que fue postulada por el PRI. Y el temor tiene sustento, por el tipo de política que se sigue practicando en nuestro país.
Con una propuesta bien hecha, construida con proyectos viables y de buena intención, pero además con una breve trayectoria en el quehacer público que permitió advertir un trabajo decente en el manejo de recursos públicos, Lorenzo De Cima Dworack ganó el proceso electoral y el derecho a ser el próximo alcalde guaymense. Su imagen bonachona y su forma afable de ser completaron el cuadro.
El recuento de votos arrojó por otra parte la victoria para Claudia Artemisa Pavlovich Arellano, de raíces priístas, quien ofreció a los guaymenses un trabajo limpio y honesto pero además productivo para la colectividad en sus momentos de candidata. El sustentado temor de los ciudadanos del puerto
Lorenzo De Cima.
hacia el posible nulo apoyo de la virtual jefa del Ejecutivo sonorense estriba en que ella perdió en este Municipio.
Esto podría empezar a escribir una historia complicada para los siguientes tres años, en los que el futuro Presidente municipal remaría contra la corriente en la búsqueda de recursos para apoyarse en su trabajo a favor de Guaymas, teniendo en cuenta que carecería del apoyo estatal y también del federal, donde el priísta Enrique Peña Nieto y su gente son los que deciden a dónde se mandan los dineros públicos.
¿Qué podemos esperar los guaymenses?
Si el Gobierno del Estado a cargo de la señora Pavlovich define su rumbo de manera política, es posible que Guaymas tenga un grave retroceso en su desarrollo (ojalá fuera sólo estancamiento), pagando así la costosa factura que implica no haber aportado votos de manera mayoritaria para la causa tricolor. Es decir, las venganzas políticas volverían a dejar sus
Claudia Pavlovich.
consecuencias al pueblo guaymense.
Pero si tanto la próxima gobernadora como el alcalde por venir  cumplen con la palabra empeñada de trabajar en beneficio de todos, haciendo a un lado compromisos y ataduras políticas, podríamos tener al menos una tímida esperanza de que a Guaymas podría no irle tan mal como se supone a estas alturas.
Los guaymenses queremos pensar que, a estas alturas, ambos están tratando de concertar una cita para entrevistarse y ver de qué forma van a actuar cada quien en el sitio que le corresponderá en breve.
Si ninguno de los dos lo intenta, sabremos entonces que la clase política sigue siendo la basura de siempre.