No es la designación del próximo dirigente municipal del PRI en Guaymas lo que va a provocar fisuras al interior del partido. El tricolor ya tiene mucho tiempo totalmente descompuesto, y si acaso, este proceso solamente podría venir a representar una especie de “tiro de gracia”, obviamente muy bien orquestado por quienes actualmente mueven la política desde los más altos niveles.
Me parece, sí, que después de los más recientes movimientos, habrá enfrentamientos bastante importantes, sobre todo porque ya hay gente que se siente ganadora, aún cuando en Acción Nacional parece estar todo definido para llegar tranquilamente al 2012 y repetir con suficiente ventaja la victoria en la presidencia municipal. Y sobre todo porque no han comprendido que esto forma parte de las mismas estrategias políticas que empiezan a definir el rumbo.
En lo particular, siento que el pronunciamiento público que hizo Carlos Ernesto Zataráin González ofreciendo todo su apoyo a José Luis Marcos León Perea en sus aspiraciones por llegar a ser candidato a la alcaldía de Guaymas, forma parte de un entretejido que se elabora de manera muy meticulosa, muy fina, de tal manera que pudiera traer al final unas tremendas sorpresas.
Es cierto, León Perea y “El Bebo” llevan excelentes relaciones, y el médico “se la jugó” con Carlos cuantas veces éste participó en contiendas electorales, todas ganadas, por cierto, de una manera legítima. El único traspié que pudo haber sufrido el ex alcalde guaymense fue en su intento por llegar a la gubernatura sonorense, pero es de sobra sabido como se la gastaba quien entonces era el monarca priísta. Fue solo una experiencia más.
Luego ahora, cuando le brinda su respaldo al doctor, se presupone que, ya debidamente integrado al equipo, utilizaría toda la experiencia adquirida a lo largo de su carrera política para hacer una campaña de buenos resultados para el hoy diputado federal. Y “El Bebo” nunca ha perdido ninguna, a diferencia del congresista local Otto Claussen Iberri, que desde hace muchos años y cada tres ha intentado llegar a la candidatura siempre con resultados adversos.
Lo interesante en todo esto es cuando, insisto, todo parece haberse definido en Acción Nacional, donde Manuel Aguilar Juárez se perfila como el candidato naturalito (así visto en estos momentos) a la presidencia de Guaymas. Todos sabemos cómo se la “rifaron” los “bebistas” en la campaña de 2009, lo que en cierto modo provoca una especie de desconcierto. ¿Cuál es realmente el fondo del pronunciamiento de Zataráin González a favor de León Perea?
Lo cierto es que desde ahora podemos ir presuponiendo que el PRI llegará bastante debilitado al juego electoral del 2012. La parte contraria jamás aceptará que León Perea sea el candidato tricolor, y del lado de los “bebistas” sucederá exactamente lo mismo con Claussen Iberri. Y si ya en 2009 demostraron que pueden jugar por el bando contrario, es probable que hoy lo estén haciendo con suficiente anticipación. Claro, con un estilo, insisto, finamente definido.