viernes, 11 de marzo de 2011

El futuro de César Lizárraga...

En el 2011, año de las definiciones, todos aquellos que aspiran a ocupar una candidatura para alcanzar un puesto de elección popular, deberán llegar con una imagen por lo menos aceptable, es decir, sin mancha pasada. Sobre todo aquellos que actualmente están ocupando un cargo público.
Ha trascendido que en el primer entre para la definición de candidaturas, al actual alcalde César Adrián Lizárraga Hernández le habrían sugerido pedirle a su Secretario Alonso Arriola Escutia declinar a sus propósitos de ser aspirante oficial del PAN a la presidencia de Guaymas. En la negociación, se le abrirían las puertas para ser candidato a diputado local, y no a federal, como se manejó en principio.
En las conjeturas, trasciende que el alcalde le habría pedido de favor a su Secretario que esperara tiempos mejores, para de esta forma no dar por terminada lo que se pretende sea una carrera política del actual Munícipe porteño. El trato que Guillermo Padrés Elías dio a Manuel Aguilar Juárez durante su más reciente visita a Guaymas terminó por definir las cosas. Este último se perfila como el único con reales posibilidades de llegar al 2012 como candidato oficial a primer edil.
Si las negociaciones fueron en ese sentido, Lizárraga Hernández debiera tener en estos momentos razones ultra poderosas para estar preocupado. Las cosas no han salido nada bien desde la Presidencia Municipal, y menos ahora en que el asunto del arrendamiento de las lámparas para el alumbrado público cada día se enturbia más. La idea de que hubo un procedimiento no exento de corrupción en esa negociación, podría perjudicarle en sus inquietudes políticas.
Esto debiera obligar a César Adrián a, primero: reunirse urgentemente con su gente y buscar una salida al problema, e inmediatamente después, invitar a los medios de comunicación a una eventual explicación de lo que ocurrió, para que ante los ojos de la opinión pública desaparezca, si se puede, lo que se transforma cada día en una certeza de que las cosas no se hicieron bien en torno a ese asunto
Es decir, el hoy alcalde no puede ni debe llegar con esa mancha al congreso interno del PAN para elegir candidato a diputado local. Sería la mejor arma que utilizarían sus adversarios para derrotarlo… y no les iba a costar mucho.
Al asunto ya no deben darle largas. La ciudadanía cree que hubo dinero de por medio para aterrizar un proyecto que costó casi 45 millones de pesos, y que servirá solamente para que tengamos lámparas durante determinado tiempo, porque concluyendo el período de arrendamiento, serán retiradas de los postes. Eso no solamente harían más negras las noches en Guaymas, sino también el futuro de Lizárraga Hernández.
Es decir, si César Adrián quiere seguir con esa legítima aspiración que tiene de ser candidato de nuevo, primero tiene que limpiar su imagen. Y eso no lo puede hacer su departamento de imagen, lo tiene que hacer él mismo, para que la gente pueda entonces creer que podría ser un buen prospecto para el Congreso del Estado.
En sus manos está si quiere permanecer dentro de la política.