Uno de los problemas más delicados --y peligrosos-- que dejó la administración anterior es el relacionado a la recolección de basura en Guaymas. El asunto llegó a complicarse tanto que hoy en día es común ver en muchas esquinas del casco urbano impresionante acumulaciones de desperdicios, lo que además de dar un pésimo aspecto a la ciudad, se ha convertido ya en peligrosos focos de infección.
Es de notarse que la actual administración pública a cargo de
Otto Guillermo Claussen Iberri ha hecho lo humana y económicamente posible por inhibir un poco este problema, pero evidentemente los esfuerzos no están rindiendo los resultados apetecidos. Mencionemos tan sólo el problema que a la vista está en la calle 12 y la Avenida Abelardo L. Rodríguez. Es impresionante la cantidad de basura acumulada ahí. En pleno centro de la ciudad.
Hasta este momento, de manera particular no he sabido de arreglos que intenten hacer el gobierno municipal actual y la empresa PASA, la cual exige el pago de varios millones de pesos para volver a movilizar sus carros recolectores y empezar con las tareas de limpia en la zona urbana de nuestro municipio. El problema no solamente persiste, sino que se agrava cada día.
Ante eso, creo que la Comuna de Claussen Iberri debe definir cuál será el futuro de este serio problema. A PASA se le deben los suficientes millones de pesos como para pensar que el pago no será inmediato, por la situación económica que enfrenta el Municipio. Pero los guaymenses tampoco podemos estar esperando a que éste reúna la cantidad requerida para volver a gozar del servicio. Se tienen que asumir posturas radicales y definitivas.
Si PASA pone como condición la extensión de cheques para empezar a trabajar de nuevo, siento que no coadyuva a la resolución del problema. Guaymas le ha pagado ya muchísimos millones de pesos como para ser un poco flexibles y dar un voto de confianza a los nuevos gobernantes, y estos tienen que ser lo suficientemente diplomáticos para convencer a los empresarios para que salgan a limpiar nuestra sucia ciudad.
Si no hay flexibilidad, entonces debemos ir entendiendo que, como buenos empresarios, ellos buscarán hacer productivo su negocio. Y si este ya no es redituable porque el adeudo no puede cubrirse, pues creo que es tiempo de ir pensando en una solución que, por lo pronto, deje fuera del proyecto a la empresa recolectora de basura. Primero a resolver el problema de los guaymenses y después a empezar a abonar el pendiente que hay.
Los que aquí vivimos no podemos seguir revolviéndonos en la basura que permanece regada por las calles, causando la proliferación de todo tipo de bichos y suciedad en el ambiente. Hay que “tomar el toro por los cuernos” y ponerse a trabajar en una solución urgente antes que empezar a buscar proyectos de relumbrón. A lo apremiante hay que darle prioridad.
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Me dio mucho gusto el acercamiento que tuvieron hace unos días familiares del ex alcalde guaymense
Hilario Téllez. Me comentaban que alguna vez escribí algo de este señor, a quien considero uno de los mejores presidentes que ha tenido el Municipio, y no porque me haya constado en lo personal, ya que era yo muy chiquillo, sino por las excelentes referencias que de él tenía mi señor padre, hoy al lado de Nuestro Señor.
Honor a quien honor merece.
