lunes, 6 de mayo de 2013

Experimento fallido…


“A estas alturas del partido”, como se dice en el argot beisbolero, ya podemos ir considerando que el experimento no está funcionando. El retorno del PRI al mando político de la República empieza a mostrar su rostro más dramático: la mayoría de los mexicanos pudieron haberse equivocado al buscar en el PRI la alternativa para la grave situación que vive el país, tanto en lo político como en lo social y económico. Enrique Peña Nieto está resultando un verdadero fiasco.
No se necesita ir muy lejos para encontrar evidencias de ello. El abusivo incremento en la gasolina demuestra claramente que los ataques priístas al aumento mensual del energético en la administración calderonista fueron solo otra infame vía para ganar la confianza ciudadana. Como pago al voto otorgado en las urnas, el PRI-Gobierno aplasta más el pescuezo de la gente. Todo compromiso ya quedó atrás, y qué mejor contundencia que el incremento en el costo del huevo, que de por sí ya se está volviendo prohibido para las clases populares.
La violencia no ha disminuido en lo más mínimo, y por el contrario, cada día se habla de hechos más sanguinarios e incontrolables protagonizados por la delincuencia organizada, lo que sigue aumentando la zozobra en el país.
Los abusos y la arrogancia no conocen límites. Volver a ser gobierno los está enfermando antes de tiempo y lo que los panistas no pudieron resolver por su infinita incapacidad durante 12 años, los priístas lo van a echar a perder más en la mitad de este sexenio. O menos. El camino que México y sus mexicanos decidió tomar no está resultando ser el correcto. Las cosas van de mal en peor.
Y hablando precisamente de priístas, de esos que se enferman y se marean luego de alcanzar sus propósitos, el diputado Carlos Enrique Gómez Cota es la mejor muestra de que en el PRI están los políticos menos comprometidos con la gente, peor aún, con la que dicen representar. Desde hace tiempo, el aspirante a la candidatura por la alcaldía de Empalme en el 2015 se encarga de suicidarse políticamente.
Carlos Gómez C.
Hace algunos meses, durante la inauguración de las llamadas oficinas de enlace del senador Ernesto Gándara Camou -- las mismas que desde su apertura nunca más volvieron a abrir sus puertas-- encontré ahí a Gómez Cota, y a pregunta de un servidor, me dijo que sí va a buscar ser candidato a alcalde de Empalme por el PRI. Hasta este momento aún no entiendo cómo empezará su estrategia, porque para comenzar, el diputado ha olvidado por completo que en el gobierno las siglas políticas quedan aparte y que hay que establecer contacto con las autoridades municipales para buscar beneficios para la comunidad.
Al legislador, a quien no se le ubica precisamente en el Congreso del Estado por hacer buenas aportaciones para iniciativas de ley, le sigue “castrando” que el PAN esté gobernando al Municipio, y olvida que debe tener cercana relación con el alcalde Héctor Moisés Laguna Torres para velar por el beneficio de los empalmenses.
¿Estará enterado de los problemas que enfrenta la ciudadanía? La verdad no lo creo. Gómez Cota encontró en un presumido liderazgo del gremio maquilero la mejor oportunidad para hacerse de utilidades personales, pero se olvidó de proteger los intereses de los trabajadores que día a día se sienten agraviados por la situación laboral en que se encuentran, mientras su líder busca cómo garantizar su patrimonio conseguido a través de la política. Y si esto es así, menos aún le interesan los problemas colectivos.
En fin…
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Manuel Villegas Rodríguez no me dijo que sí buscará la nominación panista por la alcaldía el 2015, pero sí aceptó que trae un proyecto. Textualmente me dijo “Me gustaría platicarte cual es mi proyecto en el 2015, espero me hagas un espacio y tomarnos un café”. Total, me puso a pensar.
De todas formas, mañana martes andará por estos rumbos encabezando un festejo para niños por parte de la Secretaría de Gobierno del Estado de Sonora, oficina en la cual es jefe. Y espero que no sea parte de una estrategia para darse a conocer entre la gente, porque estaríamos hablando de un mal uso de recursos públicos.
De todas formas, le acepto la invitación para acompañarlo.