viernes, 30 de diciembre de 2011

¡Por fin se va el 2011!

Bueno, pues llegamos a la última colaboración del año. Estamos terminando un año que resultó desastroso en muchos aspectos, pero de manera muy particular en el económico. En lo particular, créame que sigue sorprendiéndome la forma tan dramática en que han “tronado” tantos y tantos negocios que iniciaron con más esperanzas que perspectivas, pero que la pesada situación de 2011 los llevó a la quiebra, en algunos casos demasiado rápida.
Amigos míos, a lo largo de este año, me invitaron a la inauguración de sus negocios. En sus ojos vi la ilusión de comenzar algo que los ayudara a recomponer un poco las finanzas de su casa, de la familia. Bastaron unos cuantos meses para verlos de nuevo con el rostro desencajado y con una terrible decepción. El “esperanzador” negocio solamente les dejó más problemas, porque no pudieron pagar renta, luz, agua, y de pilón las empresas que les surtieron de producto los andan “correteando” para que les paguen.
Más alarmante me resultó darme cuenta de que, empresas consolidadas desde hace tiempo empezaron a reducir drásticamente sus gastos. En este año se dieron liquidaciones de personal en índices realmente preocupantes. Redujeron inversiones de publicidad y gastos de operación, y cada vez trabajan con menos gente, porque las ventas siguen cayendo de manera precipitada. En sus ojos también se refleja una honda preocupación.
Vaya, ni las casas de préstamo pueden decir que el 2011 les dejó buenos resultados, porque la gente recurre al empeño para solventar algunos gastos urgentes, pero regularmente deja sus artículos ahí, porque ya no hay dinero para recuperarlos. Y los almacenes de estos negocios cada vez están más y más repletos, porque tampoco sus ofertas despiertan el interés de posibles compradores. “Todo, todo está desierto, el mundo está lleno de necesidad”, rezaba la letra de “Lamento borincano”… que hoy debiera ser también mexicano.
Y quisiera uno echar las campanas al vuelo, y gritar lleno de alegría y pasión… ¡¡Feliz Año Nuevo!!... pero caray, ¿cómo no preocuparse por lo que pueda traer el año próximo? Las varitas mágicas no existen. La realidad es que los primeros meses serán de más preocupación aún, ahora sí que ya no sólo para la gente asalariada, que de alguna forma al menos ya sabe que cuenta con un ingreso seguro (si es que no llega el temido recorte), sino también para las empresas cuyas mermadas ventas cada vez complican más su existencia.
Por desgracia, todo esto representa un suculento platillo para los políticos que alistan sus planes de auto-promoción con fines electoreros, buscando acomodarse en el único negocio redituable en la actualidad: ser empleado de gobierno. Por eso precisamente es que anda tanto personaje ahorita haciéndose el simpático, a sabiendas de que una buena ración de votos los puede llevar a ocupar un cargo público, aunque sea por la vía plurinominal. Ahí están los billetes.
Pensar en que esos “extraordinarios prospectos” vendrán a solucionar los problemas del país es creer en la inmortalidad del cangrejo. La inmensa mayoría de ellos son personas sin escrúpulos, mentes perversas que se valdrán otra vez de las necesidades de los demás para prometer cosas que finalmente saben que no cumplirán.
¿Conoce a alguno que esté en estos momentos hablando de algo muy concreto para lograr la recuperación de las empresas y con ello garantizar una mayor cantidad de empleos? Esto es lo más fundamental, darle certeza al que invierte en mayor o mínima medida, porque de alguna manera representa la oportunidad para quienes anhelan trabajar. ¿Quién ha detallado un plan capaz de lograr eso? No he leído ni escuchado algo interesante en ese aspecto.
Sin embargo, asumamos la extraordinaria actitud del mexicano, que aún en momentos tan complicados como éstos, sacamos entusiasmo desde el fondo de nuestros corazones, y nos prodigamos estrechos abrazos y palabras de aliento para decir…. ¡¡Feliz año 2012!!
Salud a todos…