¿Cómo le va a hacer el PAN para participar en el próximo proceso electoral con el desprestigio que viene arrastrando como pesado lastre? Sin mucho análisis, los panistas van a enfrentarse a una batalla literalmente perdida con bastante anticipación, sobre todo porque la moral que tanto presumen se vino por los suelos luego del escándalo que en Guaymas envolvió a su presidente en activo con una muchacha después muerta en la Procuraduría Estatal emanada del gobierno panista, y el encierro carcelario de varios miembros más del partido, entre ellos otro ex presidente.
Pero no es solamente eso lo que advierte otra derrota en serie para el panismo local. Aparte está el cobijo que dio el mismo gobierno estatal a César Adrián Lizárraga Hernández, uno de los alcaldes guaymenses más cuestionado en la historia, que concluyó su labor con toneladas de sospechas encima sobre la inmensa corrupción que existió durante su administración pública, una corrupción que podría estarse extendiendo ahora que está a cargo de la Dirección de Obras en el Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa. Pronto saldrán a relucir sospechosos manejos que ha hecho de presuntas inversiones.
Toda esa porquería que se ha destapado en los últimos meses al interior del PAN es la que trae indignados a viejos militantes que con total desaliento advierten que su partido se ha ido llenando de gente con mentalidad demasiado ambiciosa, que ven en la posibilidad de subirse al erario la forma de enriquecerse a manos llenas, olvidando por completo el slogan de “la patria generosa”. Sí, el gobierno que practican ha sido generoso, pero sólo para los bolsillos de quienes están ocupando cargos públicos, y es mucho ya lo que se ha hablado de eso.
El PAN difícilmente va a repetir victoria en Sonora. El gobierno de Guillermo Padrés Elías fue una descomunal decepción para millares de sonorenses que vieron en él la oportunidad de que en el estado se cortara de tajo con las corruptelas y la arrogancia gubernamentales características del período de Eduardo Bours Castelo. Con la llegada de los panistas, toda esa suciedad vino a multiplicarse de manera por demás escandalosa.
Tengo entendido que este jueves Javier Gándara Magaña se paseará por las calles de Guaymas, donde vendrá a reunirse con militantes panistas para pedirles el apoyo en su descarada campaña de proselitismo que ilegalmente realiza por todos los rincones de la entidad. Ahí está una muestra más de que las leyes a los azules les importan un cacahuate. El señor está en plena campaña y las autoridades electorales se hacen de la vista gorda. ¿Esa es la honestidad y la pureza de la política que presumen los panistas?
Por eso se advierte que, en el próximo período electoral, el PAN quedará literalmente fuera de Sonora, situación que seguramente será muy bien aprovechada por el PRI, por el PRD y los otros partiditos que en las fugas de militantes encuentran sus tablas de salvación para seguir sobreviviendo.