Hace días publiqué en este mismo espacio que el problema
del CBTIS 40 ya estaba rebasando lo tolerable, y que había llegado ya a afectar
lo más sagrado en la educación: los estudiantes. Ayer, el asunto empezó a
desbordarse y a convertirse en un conflicto social que descubre hasta intereses
ajenos a lo que había sido una noble y prestigiada institución.
En torno a este asunto, cabe hacer mención que la
principal responsabilidad empieza a recaer en la Secretaría de Educación y
Cultura, dependencia que en una actitud por demás irresponsable, ha desatendido
su compromiso de resolver de manera afortunada y expedita la situación tan
conflictiva --y que se agrava cada día más-- en la escuela. En una posición que
desconcierta, se está dejando que el problema vaya más lejos. Y empieza a
entenderse por qué.
El problema en el CBTIS surgió a partir de la designación
de Magaly Arreola como directora del plantel. Presuntamente, algunas medidas
aplicadas por esta persona despertaron el malestar de los maestros (algunos de
ellos aseguran que también alumnos y padres se inconformaron con ella), y
pidieron su destitución. A partir de ahí la situación empezó a crecer, a grado
tal que hasta a la PGR han tenido que ir a declarar los involucrados. El grado
de tensión es tremendo, y si no se ha llegado a los golpes sólo falta que se
rompa un delgado hilo para eso.
A punto de comenzar el nuevo período de clases, la
situación se torna más conflictiva aún, y ayer llegó a extremos ya más
preocupantes, cuando un grupo (por cierto, muy reducido) de personas,
bloquearon la confluencia de la avenida Serdán y la calle 23, frente a Palacio
Municipal, exigiéndole al alcalde Otto Claussen Iberri que les ayude a resolver
el problema. Hasta ahorita no sé si el Munícipe, que según yo “no tiene vela en
este entierro” haya tomado una decisión al respecto. El caso es que ya lo
involucraron y con él a todos los demás guaymenses. Esto ya huele a política.
Quiero decir que yo siempre he estado de acuerdo en que
la gente debe manifestar su inconformidad en contra de algo que le esté
perjudicando. La protesta está considerada dentro de nuestra Carta Magna como
un derecho y nadie puede atentar en contra de quien proteste, de manera
legítima, en contra de algo o alguien que esté perjudicando sus intereses,
incluyendo funcionarios públicos. Es decir, pues, la protesta bien justificada
debe merecer el respeto de los demás.
Lo que resulta totalmente intolerable es que las
protestas perjudiquen a terceros, a personas que nada tiene que ver en tal o
cual problema (aunque insistan en decir que es colectivo), y que el bloqueo de
calles (por cierto, considerado como un delito) de ayer protagonizado por unas
diez o quince personas, haya perjudicado a millares, más todavía, porque se
hizo a un par de kilómetros del lugar del problema y no precisamente ante las
instancias correspondientes.
Pregunto: ¿cuántos maestros, padres de familia y alumnos
participaron en este bloqueo? Como afectado por la situación en par de
ocasiones (llegué tarde a una cita y más tarde mi hijo llegó tarde a Bellas
Artes) me gustaría saberlo, para tratar de entender que los asistió la razón al
decidirse a quitarnos, a los demás, el libre derecho de circular por nuestras
calles.
La SEC ya debe dejar su indolencia por un lado y asumir
la responsabilidad que tiene en todo esto. Si la directora es la causante del
grave problema, tan sencillo como removerla. Si son los maestros los
conflictivos, no entiendo por qué no actúa de acuerdo a sus funciones y los
pone también en su lugar. Pero aquí la SEC está demostrando un claro
importamadrismo en torno a la afectación que deja esto a los educandos, razón
principal por la que existen las escuelas. ¿Qué le pasa, señor Jorge Luis
Ibarra Mendívil?
La situación puede llegar a mayores. Y no falta mucho.
Nota del redactor: Gracias a los mensajes de algunas personas debo hacer las aclaraciones pertinentes en torno a esta columna. Por una involuntaria distracción del columnista, mencionamos a la SEC como responsable al no detener este conflicto, cuando en realidad es la SEP la dependencia que se está viendo mal al no intervenir y poner fin a los perjuicios que está dejando este problema a los alumnos. La institución es federal, de ahí que es la dependencia del Gobierno de la REpública la que tiene que intervenir.
Ofrezco una disculpa por el error involuntario.
Nota del redactor: Gracias a los mensajes de algunas personas debo hacer las aclaraciones pertinentes en torno a esta columna. Por una involuntaria distracción del columnista, mencionamos a la SEC como responsable al no detener este conflicto, cuando en realidad es la SEP la dependencia que se está viendo mal al no intervenir y poner fin a los perjuicios que está dejando este problema a los alumnos. La institución es federal, de ahí que es la dependencia del Gobierno de la REpública la que tiene que intervenir.
Ofrezco una disculpa por el error involuntario.