Héctor Hernández no es una persona confiable. Ha quedado demostrado a lo largo de su historial laboral, y en una de sus más recientes chambas, en la Profeco, dejó muy en claro que es un tipo corrupto. Hay un caso específico en el que se involucra a la constructora Alsan, en el que este individuo se encargó de evidenciar turbios arreglos que perjudican todavía gravemente a una pareja de la tercera edad, pero que seguramente a él le dejaron muy buenos dividendos.
Como panista, jugó a la traición en contra de la mayoría de los albiazules. Una mayoría que lo aplastó junto con Oscar Hernández García cuando ambos quisieron quedarse con la candidatura para la alcaldía de Guaymas a favor de éste último. Héctor actualmente enfrenta un proceso de expulsión de Acción Nacional, que seguramente con este nombramiento “ciudadano” terminará de aterrizarse.
El nombramiento de Héctor tiene varias lecturas. Puede ser el pago de una factura surgida al calor de aquel proceso interno panista para favorecer la candidatura de Hernández García y dejar fuera a Manuel Aguilar Juárez, fortaleciendo así las posibilidades de Otto Claussen Iberri para llegar a la alcaldía.
Podría ser también una advertencia para César Lizárraga Hernández, a quien desde la Contraloría podrían fincarle un alud de responsabilidades por el desastroso estado en que dejó a Guaymas tras concluir con uno de los peores trabajos desde una alcaldía. Podría ser una amenazante advertencia, lo cual seguramente mortificará todavía más al frustrado ex candidato a la diputación local.
Y hay otros que quieren pensar que con esto el alcalde buscar dar cobertura política a los demás partidos con el nombramiento de un panista en la Contraloría. El problema es que designó a uno de los peores militantes que tiene el PAN en Guaymas.
En lo demás, veo bien el nombramiento de Ramón Leyva Montoya en la Secretaría por la experiencia que tiene y además ser un prestigiado abogado en Guaymas. Manuel Ibarra Salgado es una persona muy seria, responsable. Lo traté bastante cuando formé parte de una administración pública y me consta que busca cumplir eficientemente con sus tareas. Eduardo Gaxiola Márquez tiene de nuevo la oportunidad de hacer bien las cosas ahora desde la Secretaría Particular.
Walter Decima Pérez vuelve al cargo desde el que impulso el arribo de los primeros cruceros a Guaymas y Óscar Velderráin muestra una profunda humildad al asumir la dirección de comunicación social. Excelente imagen después del trabajo positivo de Manuel Millanes en la administración panista.
De los demás, a algunos no los conozco y de otros me abstengo de momento una opinión.
