En vísperas del inicio oficial de las campañas de proselitismo, hasta este momento no he visto cómo los señores que andan detrás de un “huesito” van a convencer al electorado para que vaya en masa entusiasta y decidida a retacar las urnas de votos, y hacer de las elecciones de 2012 una auténtica historia, en la que el abstencionismo se va a reducir a sus más ínfimos porcentajes.
Lo cierto es que lejos de prepararse para el verdadero objetivo de una pelea electoral, pareciera que quienes estarán en las boletas electorales se alistan más para ir a agarrarse a jodazos con quien se les ponga enfrente, buscando una victoria que podría darse con los votos suficientes que rebasen aunque sea por uno a los del contrario. Lo importante, pues, no es convencer a la gente para que apoye el propósito. El objetivo es ganar a como dé lugar… es más… ¡¡hasta sin votos!!
En Empalme, por ejemplo, agotadas las posibilidades de postular candidatos que resulten atractivos para los futuros votantes, partidos como el PRI, el PRD y el PT, entre otros han establecido estrategias a través de las cuales se procura no solamente desprestigiar la imagen de los inminentes candidatos panistas, sino inclusive se llega a la ofensa directa en contra de Javier Caraveo Rincón y de Héctor Laguna Torres.
El asunto se ventila más a través de las redes sociales, del internet, pues, y no se necesita reflexionar mucho para saber el origen de los despiadados ataques en contra de ambos aspirantes panistas: nadie critica a los candidatos de los partidos mencionados. Hasta burdos son para enderezar críticas de esta naturaleza.
Y no es que quiera uno defender a quienes están tratando de brincar de un puesto a otro. Creo que ellos tendrán los suficientes alcances para defenderse por sí solos. Lo que pasa es que las mentadas de madre y otras porquerías que se escriben, describen a la perfección el tipo de campañas que están preparando las gentes de los otros partidos ajenos al PAN.
El objetivo en estos casos es demasiado claro: se pretende inhibir el apoyo a través del sufragio y buscar que el llamado voto duro sea suficiente para alcanzar por lo menos una regiduría. Son trampas cuyo único deleznable objetivo es seguir dependiendo económicamente del erario.
Más que cuestionamientos, las ofensas que se enderezan en campañas son parte de una sucia estrategia que, si bien alcanza una mínima parte del objetivo. se hacen cuando se terminan las opciones para ofrecer algo concreto al electorado. Es decir, hay candidatillos que, agotados sus recursos para convencer a la gente de que son buenas opciones, buscan perjudicar a sus contrarios, no para ganarles, sino por lo menos emparejarse un poco con ellos.
¿No se le hace raro, por ejemplo, que a Caraveo Rincón y Laguna Torres se les insulte porque pretenden otro cargo público, cuando gente como Carlos Gómez Cota ya fue regidor y ahora pretende ser diputado local? Es curioso que en este caso no se comente nada al respecto, ¿verdad?
En fin, si creen que es así como se hace política, pues… seguramente serán unos excelentes funcionarios.
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Hay inquietud entre la gente después de los hechos violentos de la noche del lunes, y es natural que sea así. Los guaymenses difícilmente podemos sentirnos tranquilos cuando vemos que siguen circulando por nuestras calles impresionantes operativos integrados por decenas de policías no solamente armados hasta los dientes sino además con capuchas que dan la evidencia de que las cosas no están nada tranquilas en nuestra ciudad.
Lo peor, todo mundo anda con la preocupación de que en una de esas a uno de esos policías le parezcas sospechoso y te quieran someter a una revisión nomás por “quítame estas pajas”. Si el crimen cometido en las instalaciones de la PGR asustó a los guaymenses, los recorridos policiacos mortifican todavía más, porque dicho sea de paso, hasta actitudes prepotentes se observan en medio de estos.
Algo sobre lo que sí hay que reflexionar bastante es sobre la forma en que ocurrió el artero asesinato en la sede de una corporación que, se presume, está integrada por agentes lo suficientemente preparados y capacitados para enfrentar a los peores delincuentes: ahí mismo les mataron a dos personas ajenas y a un agente del Ministerio Público Federal. Y según el relato de los hechos, sólo los delincuentes dispararon. Ningún policía atinó a responder.
Ese es el nivel de agentes federales que tenemos en Guaymas.