Con todo respeto para Cuauhtémoc Benavides Figueroa, pero creo que mantenerse en queja constante por la falta de recursos para el sostenimiento de la Cruz Roja Mexicana, Delegación Guaymas, no va a resolver los problemas que tiene la institución, y antes de eludir el compromiso que se asumió al aceptar la presidencia del Consejo Directivo local, sería preferible presentar una decorosa renuncia.
Esto viene después de leer la nota que publica La Voz del Puerto en el sentido de que los servicios de Cruz Roja en Guaymas están condicionados a que se puedan ofrecer literalmente en las inmediaciones de las instalaciones de la benemérita institución, debido a que no se cuenta con el suficiente abasto de diesel como para llegar más lejos. Es decir, si me voy a accidentar, trataré de que sea cerquita de la CR para que me puedan atender.
Desde que tengo uso de razón, la Cruz Roja ha enfrentado problemas para su sostenimiento. Pero a lo largo de este tiempo, que son bastante años ya, he sabido de personas que llegaron a la presidencia del organismo y que lograron, con todo y lo problemático para hacerlo, gestionar los recursos suficientes al menos para que las ambulancias no se quedaran “varadas” como está ocurriendo en la actualidad. Es decir, no dejaron nunca morir a la institución.
Es cierto, a la ciudadanía hay que concientizarla con llamados, con convocatorias de apoyo, hasta dramáticos si se quiere, pero no salir con que ya no podrán salir a brindar un servicio porque no tienen para el combustible. Eso quiere decir, evidentemente, que está fallando la capacidad de gestoría, y en tales circunstancias, creo que sería más decoroso declinar a esa responsabilidad y dejarla a alguien que al menos sí tenga el interés y la disponibilidad de ir a conseguir los recursos para que la institución siga estando al pendiente de los guaymenses.
Yo soy de los miles de guaymenses que en múltiples ocasiones he apoyado a Cruz Roja, sobre todo cuando veo el sacrificio de jovencitos estudiantes que son colocados en sitios estratégicos para pedir la colaboración ciudadana. Entonces difícilmente podré entender que mi apoyo no me servirá en caso de que requiera los servicios de una ambulancia, porque resulta que el presidente de la directiva se queja de que no hay recursos ni para la gasolina.
Se sobreentiende que el sostenimiento de Cruz Roja cuesta muy caro. Pero debe entenderse, por otra parte, que si se asumió el compromiso de trabajar en la búsqueda de los recursos para lograrlo, hay que cumplirlo. Si no se ha podido hacer eso es que no se han hecho las cosas como se debiera. Hay que pedir asesoría de otros que ya pasaron por el cargo y cumplieron satisfactoriamente con su obligación, moral más que nada, pero obligación al fin.
Entiendo que Cuauhtémoc se molestará por el comentario, porque sé que es sensible a la crítica. Pero debe entenderse que los problemas de CR no se resolverán de esta manera. Hay que salir a la calle y buscar las mejores formas de conseguir los recursos para no poner en riesgo el funcionamiento de la institución.
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Mi sincera felicitación para Francisco Vidaurrázaga Soto, a quien finalmente el Ayuntamiento le brindará su muy merecida jubilación tras más de 30 años de servicios dentro de la policía guaymense, según quedó establecido en la más reciente sesión de cabildos.
Un policía de carácter fuerte cuando se trata de enfrentar el delito, pero leal a sus principios policiacos y sobre todo un excelente comandante y subordinado en sus respectivos momentos, Pancho Vidaurrázaga tiene más que ganado su derecho a retirarse a descansar.
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Hace tres años ya que partió a la Gloria eterna al lado de Nuestro Señor don Oswaldo Antonio Fonseca Mexía, el mejor padre del mundo.
Seguir su ejemplo es la mejor forma de honrar su memoria.
Te extraño, mi querido viejo…