jueves, 8 de noviembre de 2012

César operó en contra de don Manuel


La versión llegó de una fuente muy confiable, de tal forma que debía ser atendida. Se manejó --me dice-- de una forma muy discreta en el curso de la campaña, y no trascendió más porque en la coordinación de la misma se buscó la forma de ocultarlo. Sin embargo, hay quien se atreve a manejarlo como una realidad: durante las tareas de proselitismo, César Adrián Lizárraga Hernández operó con gente del PRI para la derrota electoral de Manuel Aguilar Juárez, a cambio de recibir el apoyo para ganar la diputación local.
Podría esto no estar tan alejado de la realidad, si nos ponemos a recordar que a Lizárraga Hernández se le relacionó demasiado con gente muy bien identificada dentro del tricolor durante su campaña en busca de la alcaldía hace poco más de tres años. El mismo Carlos Alberto Zaragoza Decima “El Cacho” dejó entrever en su momento, tras la derrota, que había sido cruelmente traicionado por gente de su mismo partido para favorecer al hoy tristemente célebre ex Presidente Municipal y recién derrotado candidato a legislador local.
La necia insistencia de Lizárraga Hernández por ganarle a José Luis Marcos León Perea la diputación local en base a turbias negociaciones y más mañosadas no fue consecuencia de un capricho nada más. El ex alcalde estuvo reprochando airadamente a los priístas aliados que le hayan dado la espalda cuando él ya había cumplido su parte de que Aguilar Juárez cayera abatido en las urnas electorales.
Finalmente las cosas no le salieron al mal recordado ex alcalde guaymense, quien ahora pretende arroparse bajo el manto protector del Gobierno del Estado, desde donde se ha dicho que “gente así reúne el perfil para ser parte de la administración pública estatal”… ufff!!
A César se le va a seguir recordando buen tiempo en Guaymas, pero no para bien. La crisis económica que hoy trae vuelto loco de desesperación al actual Munícipe Otto Guillermo Claussen Iberri es consecuencia también de los malos manejos que del recurso municipal hizo el ambicioso constructor. Lo peor de todo esto es que, como se estila, vamos en camino de que la impunidad surja de nuevo y se quede todo tranquilo. Es más, no creo que a Héctor Hernández García, Contralor del Municipio, le permitan darle curso a un proceso de inhabilitación. Se quedará con las ganas de saciar su sed de venganza.
Así las cosas, queda claro con esto, una vez más, que entre priístas y panistas sí se pueden dar los convenios más sucios posibles. Sólo que a veces las cosas no les salen del todo bien.