Una
frase del secretario de relaciones de estado norteamericano, John Kerry, resume
con escalofriante realidad el doble estándar de su gobierno con relación al
exterminio masivo de personas. Dijo Kerry: “Se usó Sarín. El Sarín mata”.
Su
alocución es apenas uno de los múltiples intentos que él y otros personajes del
gobierno norteamericano han hecho en fecha reciente para apurar una
decisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que autorice el uso de la
fuerza contra el régimen de Siria, al que los Estados Unidos acusan de usar
armas químicas contra la población civil. Todo esto, a despecho que hay otros
que aseguran –Rusia y Siria incluidos- que todavía no está claro si fueron
algunas de las muchas células rebeldes (algunas infiltradas y/o controladas por
grupos terroristas) quienes realizaron la matanza.
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