Como todos los días, incursioné en la página de mi colega y amigo Miguel Leyva Guerrero, y leí con interés la nota sobre las declaraciones que le hizo Pedro Romano Terrazas, quien sigue soñando con la presidencia del comité municipal del PRI en Guaymas, prácticamente la antesala para una futura regiduría a partir del 2012.
Hay aspectos buenos pero también malos en la forma de pensar de Pedrito. Por un lado, noto visos de honestidad cuando reconoce que “la oposición (PAN-PRD) se ve, se siente en todos los ámbitos y tenemos que contrarrestar ese avance”. Es decir, entiende en pocas palabras que en Guaymas, como en otros puntos de la entidad sonorense, el tricolor sigue “en la lona”. Eso es bueno para alguien que quiere asumir las riendas de una organización que está totalmente maltrecha, desunida, destrozada.
Sin embargo, Pedrito asume inmediatamente después el discurso ramplón y simple de los priístas actuales, al asegurar que “el PRI debe ser el partido que encabece las causas populares, las demandas ciudadanas, y por ello se requiere una dirigencia que se coordine con los regidores y con los diputados locales y federales emanados de este instituto político para satisfacer… bla, bla, bla”.
La mayoría de los priístas recurren todavía al discurso hueco, sin bases firmes y demagógico. Dice que el PRI debe ser el partido que encabece las demandas populares, en momentos en que el prepotente dirigente nacional de su partido, Humberto Moreira, casi jura sobre la Biblia que el PRI es el único partido que está a favor del pueblo, algo que dicho sea de paso, no hizo en 70 años de historia negra, atestada de corruptelas, bandolerismo y crecimiento indiscriminado de la pobreza en México.
Y remata en el párrafo diciendo que “se requiere una dirigencia que se coordine con los regidores y con los diputados locales y federales”, en una abierta crítica a la dirigente actual Lorena Garibay Ulloa, con quien sostuvo --dice más adelante-- una reunión de cortesía. Quiero pensar que le advirtió: “este… voy a hacer unos comentarios, pero no vayas a creer que son para ti”…
Y ya de paso, echa la mentirita que nunca debe faltar en todo discurso priísta: “fue una reunión de cortesía donde intercambiaron opiniones pero nada relacionado con el proceso de renovación de la dirigencia tricolor”. Si, claro, seguramente estuvieron conversando acerca de las actitudes de doña Bernarda en contra de su nieta María Desamparada. Priístas, al fin.
No puedo negar que su convocatoria, con síntomas de angustia, emitida a los demás priístas, pretende convencer de que anhela la unidad perdida en su partido. Dice que quiere una dirigencia fuerte e incluyente para que el PRI recupere la fuerza de antaño, y cierra “con broche de oro”, asegurando que esa dirigencia debe ser a cargo de Pedro Romano Terrazas. ¡Nada, pescadito!
Quizá en otras circunstancias, las declaraciones de Pedrito pudieran resultar demasiado interesantes. Sin embargo, es evidente que sus propósitos y del grupo que lo apoya son totalmente distintas a su decir.
En el futuro inmediato, es decir, de aquí al 2012, al PRI en Guaymas le caerían bastante bien las 5 regidurías que tienen actualmente, porque de acuerdo a los problemas internos que hoy tienen, el proceso electoral podría dejarlos en el mismo papel que tiene ahora Roberto Maciel Carvajal… simples comparseros.
Hay aspectos buenos pero también malos en la forma de pensar de Pedrito. Por un lado, noto visos de honestidad cuando reconoce que “la oposición (PAN-PRD) se ve, se siente en todos los ámbitos y tenemos que contrarrestar ese avance”. Es decir, entiende en pocas palabras que en Guaymas, como en otros puntos de la entidad sonorense, el tricolor sigue “en la lona”. Eso es bueno para alguien que quiere asumir las riendas de una organización que está totalmente maltrecha, desunida, destrozada.
Sin embargo, Pedrito asume inmediatamente después el discurso ramplón y simple de los priístas actuales, al asegurar que “el PRI debe ser el partido que encabece las causas populares, las demandas ciudadanas, y por ello se requiere una dirigencia que se coordine con los regidores y con los diputados locales y federales emanados de este instituto político para satisfacer… bla, bla, bla”.
La mayoría de los priístas recurren todavía al discurso hueco, sin bases firmes y demagógico. Dice que el PRI debe ser el partido que encabece las demandas populares, en momentos en que el prepotente dirigente nacional de su partido, Humberto Moreira, casi jura sobre la Biblia que el PRI es el único partido que está a favor del pueblo, algo que dicho sea de paso, no hizo en 70 años de historia negra, atestada de corruptelas, bandolerismo y crecimiento indiscriminado de la pobreza en México.
Y remata en el párrafo diciendo que “se requiere una dirigencia que se coordine con los regidores y con los diputados locales y federales”, en una abierta crítica a la dirigente actual Lorena Garibay Ulloa, con quien sostuvo --dice más adelante-- una reunión de cortesía. Quiero pensar que le advirtió: “este… voy a hacer unos comentarios, pero no vayas a creer que son para ti”…
Y ya de paso, echa la mentirita que nunca debe faltar en todo discurso priísta: “fue una reunión de cortesía donde intercambiaron opiniones pero nada relacionado con el proceso de renovación de la dirigencia tricolor”. Si, claro, seguramente estuvieron conversando acerca de las actitudes de doña Bernarda en contra de su nieta María Desamparada. Priístas, al fin.
No puedo negar que su convocatoria, con síntomas de angustia, emitida a los demás priístas, pretende convencer de que anhela la unidad perdida en su partido. Dice que quiere una dirigencia fuerte e incluyente para que el PRI recupere la fuerza de antaño, y cierra “con broche de oro”, asegurando que esa dirigencia debe ser a cargo de Pedro Romano Terrazas. ¡Nada, pescadito!
Quizá en otras circunstancias, las declaraciones de Pedrito pudieran resultar demasiado interesantes. Sin embargo, es evidente que sus propósitos y del grupo que lo apoya son totalmente distintas a su decir.
En el futuro inmediato, es decir, de aquí al 2012, al PRI en Guaymas le caerían bastante bien las 5 regidurías que tienen actualmente, porque de acuerdo a los problemas internos que hoy tienen, el proceso electoral podría dejarlos en el mismo papel que tiene ahora Roberto Maciel Carvajal… simples comparseros.