miércoles, 8 de julio de 2015

¿Será Susana diferente?...

Pocos días antes de que concluyeran las actividades de proselitismo, acudí a una reunión que sostuvo la entonces candidata del PRI a la diputación federal del 04 Distrito Electoral, Susana Corella Platt, con los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión (STIRT) Sección Guaymas.
Ahí, la hoy legisladora electa expuso algunos de sus pensamientos en torno a la pretensión de llegar al Congreso de la Unión. Lejos de usar frases rebuscadas o presumir conocimientos amplios en materia legislativa, habló con un lenguaje sencillo, entendible y franco. Al menos fue la impresión que me causó.
Entiendo que la postura de los sindicalistas --adheridos a la CTM y por ende institucionales-- fue en el sentido de manifestarle todo su apoyo y establecer compromisos para llevarla al triunfo en las elecciones del pasado 7 de junio. Finalmente el propósito se alcanzó y en breve estará ocupando la curul hoy en manos de Antonio Francisco Astiazarán Gutiérrez.
Como era simple invitado, no pensaba participar en el intercambio de preguntas y respuestas. Pero la misma candidata “me picó las costillas” cuando dijo que hablo mucho en la radio, y que me quería escuchar ahí. Aclaro que esto lo dijo con su acostumbrada actitud amable. Y pues, bueno, no me quedó más recurso.
En vista del tipo de discurso que manejó a lo largo de su campaña, en el que ofreció siempre un
Susana Corella.
trabajo a favor de los habitantes del distrito, le expresé que, en lo particular, me resultaría muy interesante conocer el tipo de labor que desarrollaría para tratar (al menos intentarlo) de cambiar la imagen de desprestigio que tiene actualmente la clase política en términos generales.
Le dije que, hoy en día, los políticos tienen una reputación muy lastimada ante la opinión pública. Y creo que los resultados de los comicios lo confirman, con un miserable 50 por ciento de participación de votantes en las urnas. La razón es muy clara: la gente cada vez cree menos en quienes a través de su participación en la política quieren llegar a formar parte de un gobierno que sigue dando “palos de ciego” en tratándose de beneficiar al pueblo, pero acertando en sus negros objetivos de enriquecerse de manera particular.
Le comenté que, en su calidad de mujer y por la imagen que tiene de ser una persona sensible, sería lamentable, profundamente decepcionante, que pasara a formar parte de esa pandilla de delincuentes que se han dedicado a saquear al país, matando impunemente las esperanzas de los mexicanos en torno a un futuro con un poco de promesa. Y me permití sugerirle que asumiera el compromiso de empezar a construir los cimientos de una nueva clase política.
Creo que le puso atención a mi breve perorata. Al menos su atenta mirada así me lo hizo ver.
Ahora que asuma esa delicada responsabilidad y que cuente con el apoyo partidario de un gobierno estatal y federal, sólo esperamos los guaymenses que no se olvide de que, a pesar de haber nacido en Hermosillo, ya tuvo el privilegio de gobernar a este Municipio, y algo más importante todavía: que no obstante que en el gobierno municipal estará un hombre que ideológicamente piensa distinto a ella, los que aquí habitamos sólo pensaremos que no fue un grave error haber llevado a una y otro a los cargos que están por ocupar.
Si Susana antepone los intereses políticos al beneficio del pueblo que le dio la confianza de ser diputada federal, nos permitirá corroborar que la clase política mexicana es un cáncer peor que la misma delincuencia organizada. Pero si el futuro alcalde panista, Lorenzo De Cima Dworack, cuenta con su apoyo para los proyectos de desarrollo para Guaymas, creo que dejará una limpia huella en su paso por San Lázaro… y quizá en otros cargos más adelante.

Los guaymenses, los sonorenses y los mexicanos en general, estamos hartos de políticos corruptos, vengativos y traidores del mismo pueblo que los lleva a ganar los millonarios sueldos (y más) que ganan.