Todas las disculpas que pueda
ofrecer Héctor Woolfolk Bravo, ahora ex coordinador
operativo de la oficina del Gobernador Guillermo Padrés Elías, van a ser
insuficientes para tratar de limpiar la desagradable imagen que dejó como
servidor público del llamado “Nuevo Sonora”.
Haber publicado un video donde
aparecía “quitándose el calor” con un abanico formado por billetes de 500
pesos, describió la arrogante soberbia que caracteriza a muchos de los que hoy
están incrustados en el gobierno de Padrés.
El escandaloso video dejó muy
en claro que ahí se llegó con un propósito: hacer riqueza. Para sujetos como el
ya mencionado, es más importante exhibir el dinero que a manos llenas se gana
en una oficina de gobierno en tanto miles y miles de familias sonorenses
literalmente se están muriendo de hambre, en medio de una pobreza cuya solución
quedó muy lejos del alcance de quienes hoy gobiernan la entidad.
Es curioso que en un país y en
un estado donde a diario se está cuestionando el excesivo consumo de recursos
públicos para sostener el tren de vida de funcionarios públicos, hay quien se
burle de quienes viven en medio de la miseria exhibiendo el abusivo ingreso
económico que se logra al ser parte de un gobierno. Lo que hizo el mentado
exhibicionista no tuvo madre.
Pero finalmente, esto queda
como una mínima muestra de lo que realmente está pasando entre gente que entró
al gobierno sólo porque formaron parte de un trabajo electoral. Desafortunadamente,
hay gobernantes que no responden a los
intereses del pueblo que los llevó al poder, y lo primero que hacen es proteger
a sus amigos más íntimos con puestos donde constantemente están dejando muchas
dudas sobre su trabajo, pero que quincenalmente devengan sueldos que son una
mentada de madre para aquellos que casi se deshidrataron haciendo fila para
emitir su voto a favor de quien ahora ni siquiera voltea a verlos.
Alguna vez un colega
periodista lo comentó: “esto es así… y así hay que entenderlo”. Quienes llegan
a un puesto de gobierno es generalmente para ganar sueldos muy elevados,
trabajen o no. Y son puestos que se ganan por su amistad con el gobernador o presidente
municipal en turno. NUNCA son para velar por los intereses de un pueblo que
cada vez se hunde en una pobreza más angustiante, mientras que un imbécil se
toma un video echándose aire con un abanico hecho con billetes de 500 pesos.
Ese es el PAN que le dan a la
gente.