Esta tarde, atendiendo una invitación hecha por la Dirección General de Alcoholes, tuve la oportunidad de conducir el evento a través del cual se dio a conocer el programa “Vive… toma con precaución”, un proyecto diseñado por Francisco Bueno Ayup, titular de la dependencia, a través del cual se pretende inhibir, por los medios posibles, el excesivo e irresponsable consumo de bebidas etílicas, principalmente entre la juventud, incluyendo menores de edad.
Me dio cierta pena ver la poca afluencia de jóvenes estudiantes al evento. Quiero pensar que el período de exámenes escolares influyó en la ausencia de jóvenes, y no que se mostraron indiferentes a la oportunidad de recibir información orientadora y positiva. Lamentablemente, la juventud actual se empecina en pensar que son los dueños absolutos de la razón, y rechazan cuanto intento que, oficial, paterno o de cualquier índole, se hace para alejarlos de las prácticas negativas.
El programa en sí me pareció bueno. Se trata de integrar a los diversos sectores de la comunidad a un proyecto a través del cual se pretende abatir las dramáticas estadísticas que existen en relación a las muertes y lesiones provocadas por la irresponsabilidad en la ingestión de bebidas ambarinas. Quizá a algunos sorprenda, pero como parte integral del esfuerzo figuraron los representantes de las dos empresas cerveceras más importantes. Eso habla de la buena fe del mismo.
Específicamente, se trata de crear una nueva cultura, sobre todo en la población juvenil, sobre las inconveniencias que tiene consumir alcohol en las cantidades que los muchachos de hoy acostumbran. Muchos de ellos beben como si al día siguiente ya no fueran a vender más cerveza. La consecuencia de esto es el embrutecimiento del consumidor, y en muchos casos, el accidente que le puede costar hasta la vida.
Sobre la marcha del evento se presentó un video a través del cual se exhibió, de una manera cruda, la forma en que la ingesta alcohólica puede provocar un accidente de consecuencias funestas. Y eso trajo a mi memoria el percance del 1 de Julio de 2009 que costó la vida a 5 jovencitos guaymenses, entre ellos uno de 14 años. El consumo de alcohol tuvo relación con este horrible incidente, y con otros que a pesar del drama, se han seguido suscitando de manera continua.
El muchacho actual recibe poca información sobre los problemas que le puede acarrear el exagerado consumo etílico. El muchacho de hoy cree que beber de manera indiscriminada es sinónimo de valentía, y que de esa forma se verá rodeado de personas del sexo opuesto. El muchacho de hoy no tiene límites a la hora de “pistear”, y regularmente termina “botado” frente al volante. El muchacho de hoy cree que él no correrá con la misma suerte de aquellos que vivieron sus últimos momentos en la carretera a San José de Guaymas.
Ahora bien, como sociedad en conjunto, creo que es importante voltear a ver, conocer y analizar los objetivos de este programa oficial. Hay ocasiones en que proyectos gubernamentales no son tan malos, y que persiguen un fin positivo. Este creo que es uno de ellos, porque está buscando la forma de que el joven no arriesgue su vida a consecuencia de tomar como desesperado bebidas alcohólicas.
Debemos hacer a un lado cuestiones políticas y sociales, y pensar en que los únicos beneficiados en todo esto serán nuestros propios hijos. No creo que a usted, querido lector, le gustaría vivir la experiencia aterradora de los padres de las víctimas del 1 de Julio. Luego entonces, no creo que deba permanecer indiferente cada vez que su hijo anda en la calle, con los amigos, a bordo de un vehículo. Preocuparse de vez en cuando es bueno.
Revise los pormenores del programa. Creo que encontrará cosas interesantes.
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El PRI en Guaymas empezó a escribir una nueva historia. Una historia donde aparecen rostros nuevos, otros ya muy conocidos y otros por conocer. Sin embargo, es una historia que tiene la misma trama, aunque con personajes un poco distintos. El PRI empezó a redactar una historia que se anticipa a lo que será un proceso de auto aniquilación.
Las viejas leyendas son el ejemplo de las nuevas generaciones de políticos. Es como una especie de doctrina obligada, que debe seguirse al pie de la letra aunque en ello vaya implícito seguir destruyendo al partido.
Una vez escribí que “el PRI siempre será el mismo”. Hoy lo reitero. Será el mismo toda la vida. Sólo los personajes ocasionalmente cambian.
¡Pobres!
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Tengo que decirlo aunque me cause pena. El lunes por la noche, llevamos de emergencia a una persona a la delegación local de la Cruz Roja. El tiempo que permanecimos ahí pudo haber marcado una fatal diferencia. Por fortuna llegamos a tiempo al hospital general, en el mismo vehículo particular a donde habíamos llegado a las instalaciones de la noble institución.
El asunto era delicado, sin embargo estaban de guardia dos muchachitos que, dicho con el debido respeto, no supieron que hacer ante la urgencia. Lo más que reaccionó uno de ellos fue a colocar un cepillo entre los dientes de la persona que convulsionaba. Pero no había socorristas preparados, no había médicos, no había un enfermero… no había nadie que atendiera el caso.
El comentario no lleva dolo alguno, mis amigos. Solamente creo que si bien una noche puede sentirse muy tranquila y por eso se deja prácticamente sola la delegación, las emergencias no avisan. Pueden llegar como ocurrió esa noche. Y en un descuido de esos, las consecuencias pueden ser terribles.