martes, 4 de junio de 2013

Visitan instalaciones policiacas
Alrededor de 30 alumnos de 5to. año “B” de la escuela primaria “Alba Rivera Wong”, del fraccionamiento “Niza” visitaron las instalaciones de Seguridad Pública Municipal, donde fueron atendidos por su directo el comandante Francisco Javier Vidaurrázaga Soto, quien les pidió que durante sus vacaciones les ayudaran a cuidar su entorno y principalmente las instalaciones de su escuela. 

Guaymas y su anarquía

Para que en una ciudad haya ordenamiento, primero tiene que haber determinación. Una ciudad en la que la anarquía predomina no puede encontrar nunca la paz y la tranquilidad, y sólo se vive en medio del desorden y el barullo. El principio de autoridad debe prevalecer por encima de todo y de todos.
El comentario se desprende de lo que se ha observado de nuevo en materia de educación vial en el casco urbano de Guaymas. Hace unos días le publiqué unas gráficas donde se ve a decenas de transeúntes ignorando olímpicamente los semáforos peatonales, incluso ante la presencia misma de agentes de Tránsito Municipal que denotan hartazgo ya de estar llamando la atención de manera constante.
Los excesos de velocidad, la conducción punible, la desatención a las normas viales y mucho más es la constante a todas horas y en todas partes. Nadie hace caso de la presencia de agentes y/o patrullas, y cuando un policía intenta llamar la atención a un ciudadano, éste amenaza con acudir a los Derechos Humanos para acusarlo.
El caso es que recientemente, el Departamento de Tránsito Municipal, a cuyo cargo está el amigo Javier Velderráin Paredes, lanzó una enérgica medida: multas drásticas a todo aquel automovilista que fuera sorprendido sin usar su cinturón de seguridad o que usara su celular mientras va conduciendo. Fue un escándalo que, al estilo de Guaymas, derivó en llamadas telefónicas a las estaciones de radio y advertencias hasta de resistencia civil.
A unos meses de la “medida definitiva”, nadie más usa cinturón alguno, y de cada diez automovilistas, seis o siete conducen hablando con su celular. Y ningún agente levantó una infracción más en contra de los infractores. Aquí cada quien hace lo que quiere, porque no hay una autoridad que se imponga y haga entender, ya por las malas, que las leyes son para respetarse y no para pisotearse.