Estaba sentado, conversando con varias personas en una dependencia pública de Empalme, cuando de repente sentí un movimiento extraño en la silla que me obligó a asirme a ella. De repente vi la cara de sorpresa en todos, y alguien dijo… “¡está temblando!”… Fue muy leve, pero un segundo después se sintió mucho más fuerte y se escuchó un zumbido extraño surgido sabrá Dios de donde.
Para entonces, los gritos de las secretarias se escuchaban ya muy alterados: “¡está temblando, está temblando!” El vaivén era ya impresionante. Fueron sólo unos segundos, pero suficientes para que muchos nos impresionáramos. No estamos acostumbrados a los movimientos telúricos, y menos cuando se trató de uno que llegó al 5.6 en la escala de Ritcher.
Al minuto recibí la llamada de mi hijo José. “¿Sintió?”, me preguntó… me dijo que él sí se había asustado mucho. Un árbol artificial que está a un lado del comedor empezó a temblar, y fue cuando él y su tía Cecy se dieron cuenta de lo que estaba pasando. En unos minutos más, todo era inquietud, preocupación, risas nerviosas y hasta noticias alarmantes en algunas estaciones de radio.
Lo cierto es que guaymenses y empalmenses ya sentimos la inquietud, tras registrarse el segundo sismo en menos de una semana. No es común puesto que no estamos en una región sísmica precisamente. Y si le aunamos las noticias que cada vez con más frecuencia nos llegan de diversos puntos del planeta, esto empieza ya a despertar más preocupación.
Discutir en un tema que no conozco sería ocioso y quizá hasta incurriría en una alarma innecesaria. Pero sí se me ocurre decir que lo que ocurre en nuestro mundo, La Tierra, no es sino el reclamo mismo de la Madre Naturaleza, a la que desde hace ya bastantes años la estamos atacando de una manera por demás despiadada, aprovechando la tolerancia que había tenido.
Nada más pensemos en esto: ¿que sucede si se extrae petróleo del subsuelo? La lógica a mi me dice que ahí queda un hueco, un vacío, que tiene cada vez más peso arriba. Y los países productores del petróleo presumen que sacan millones y millones diariamente. ¿No es normal entonces que la misma Naturaleza reclame lo que estaba antes ahí, y reaccione de esta manera?
La mayoría de las tragedias son provocadas por el hombre.
En eso no hay discusión alguna.
Y si cree en un Ser Superior, rece.