El enfrentamiento al interior del PRI empieza a tomar síntomas de ferocidad. Enfrascados en una lucha por ganar las mejores posiciones en el reparto de candidaturas para el 2012, los priístas en Guaymas sostienen un encuentro cuyos resultados en este momento son de pronósticos reservados.
Hoy Susana Corella Platt se encuentra de nuevo “en el ojo del huracán”, tras los serios cuestionamientos de que está siendo objeto por parte de sus contrarios, quienes la acusan de haber surgido como dirigente municipal priísta después de un proceso turbio, amañado, en el que no se siguieron los cauces legales, y cuya consecuencia podría ser el desconocimiento de su directiva.
No es de extrañarse que las cosas se hagan así dentro del PRI cuando hay línea para imponer a alguien como dirigente o como candidato. La situación aquí es que en el PRI hay una división interna impresionante. Los grupos que apoyan a José Luis Marcos León Perea y a Otto Claussen Iberri se polarizan de tal forma que hasta la amistad institucional se está desbaratando, para dar paso a una lucha que tiende a ser cruenta, y cuyos resultados podrían no ser tan buenos, ni para unos ni para otros.
La exigencia del grupo contrario a la señora Corella Platt no es como para tratarse con desdén. Hay gente ahí que tiene un peso político importante, entre ellos el mismo coordinador de los diputados federales priístas, el doctor León Perea, así como Carlos Zataráin González, ex diputado federal y local y alcalde, así como 11 o 12 ex presidentes del partido. Pero también hay dirigentes de algunas de las más importantes centrales que conforman la estructura del PRI. No es cualquier cosa, pues.
Con esto queda claro que los intentos de la hoy dirigente priísta, de lograr una reconciliación al interior del PRI están fallando. No se ha encontrado la fórmula para conseguir integrar a esta gente a los proyectos políticos que se vienen manejando, y antes bien, la fractura total parece inminente.
Y llama la atención que hasta ahora, la dirigencia estatal del partido a cargo de Claudia Pavlovich Arellano, no ha mostrado ninguna postura en torno a este asunto. La señora vino aquí a levantar la mano de la considerada ganadora del proceso interno del PRI, y presuntamente habría logrado convencer a Pedro Romano Terrazas de reconocer la victoria de Susana. Hoy las cosas se ven totalmente diferentes.
¿Qué pasará al interior del PRI? De momento sería aventurado hacer un pronóstico, pero las cosas, en plena víspera del proceso electoral, no se advierten con mucho optimismo para una parte importante de la militancia.