¿Y las centrales del PRI?
¿Dónde quedaron aquellas
vigorosas centrales que le daban fuerza, capital político y mucha presencia al
Partido Revolucionario Institucional? ¿A dónde se fueron todos aquellos líderes
que en su momento tenían literalmente el control de las fuerzas vivas y que
hacían del tricolor un organismo político invencible, que casi de forma
protocolaria ganaba elección tras elección?
Algunos de ellos ya murieron;
otros, simple y sencillamente se retiraron de la actividad política
desalentados ante el rumbo que tomó el entonces llamado partido de sus amores,
y otros más, de plano, se involucraron en otras doctrinas totalmente ajenas a
los lineamientos y principios del priísmo. El caso es que hoy aquellas
poderosas centrales obreras son simplemente organismos de memebrete dirigidas
por gente que está ahí por un simple compromiso.
La renuncia de Luis Felipe
Bárcenas Salido de la dirigencia local de la Confederación Nacional de
Organizaciones Populares en el pasado mes de diciembre, literalmente pasó
desapercibida. Esto da una idea clara del desinterés que hay actualmente en
todo lo que se refiere al trabajo político del PRI, sobre todo porque al más
conocido como “El Gato Bárcenas” no pocas veces se le ha ligado a la lista de
prospectos para la candidatura a la presidencia municipal de Guaymas.
Hoy en día, personas que
pertenecieron hace dos o tres décadas a las filas activas de la militancia
priísta, se lamentan de las condiciones en que se encuentra el partido.
Aquellos tiempos en que el trabajo era constante durante el año, en que los
liderazgos se asumían como tales y se trabajaba con energía para mantener la
hegemonía tricolor en el gobierno, simple y sencillamente quedaron en el baúl
de los recuerdos.
En el caso específico de
Guaymas, los seis años de gobierno estatal panista y el actual mandato
municipal de Lorenzo De Cima Dworack, avivan el desaliento en los militantes
del partido. Los viejos dirigentes ven con melancolía la inactividad en la
llamada “Casa del General Plutarco Elías Calles”, mismo punto donde se escribieran,
hace años ya, las más orgullosas historias de la sólida unidad del priísmo
regional. Hoy en día el edificio luce literalmente abandonado.
Es de suponerse que las cosas
se reactivarán cuando el próximo proceso electoral esté próximo. Se acercarán
de nuevo las nuevas generaciones que hoy en día están a la caza de posibles
candidatos para tratar de integrarse a una eventual planilla que les permita
estar en una regiduría durante tres productivos años. El trabajo político de
manera permanente simplemente ya no existe. Ahora sólo se trata de ser parte
de, para poder sobrevivir.
Es una triste realidad que sin
embargo recibe el rechazo a la crítica por parte de quienes siguen defendiendo
lo indefendible. El ánimo, el entusiasmo, las participativas manifestaciones de
antaño quedaron simplemente en un recuerdo. Hoy se es sólo una comparsa de lo
que viene en el futuro político. Y es cuando se extraña a gente como Víctor
Pérez, al Charrasqueado, a don Regino, al Toño Bolaños y a todos aquellos que
representaban el mejor capital político que tenía el PRI.
Fue una historia bonita, que
hacía ganar de manera arrolladora a los candidatos priístas, Hoy, cada uno de
ellos tiene que rascarse con sus propias uñas para entrar a una competencia en
la que llevan también las de perder. Y vaya que han sido derrotas bastante
dolorosas.