jueves, 24 de marzo de 2011

Cuestionamientos bastante delicados sobre un juez calificador del Ayuntamiento de Guaymas, de apellido Rodríguez, quien “parado en un ladrillo” se ha convertido en el clásico funcionario de actitudes prepotentes, altaneras e irresponsables, de tal forma que hasta los mismos elementos policiacos se vieron ya en la necesidad de esposarlo y presentarlo ante uno de sus compañeros… ¡aunque usted no lo crea!
Ayer al mediodía, dentro del programa “Las Ciber Noticias y algo más” de Radiofons (http://www.radiofons.com.mx/), un residente de Guaymas Norte me ilustró al respecto: un grupo de vecinos se dedicaban a ingerir bebidas embriagantes y escandalizar en la vía pública, por lo que alguien pidió la presencia de las autoridades policiacas a fin de calmar los ánimos de los briagos.
Sin embargo, cuando la policía hacía su trabajo, uno de sus vecinos, el mismo de apellido Rodríguez y de ocupación juez calificador, salió de su casa también en estado de extrema embriaguez, y arremetió a gritos en contra de los uniformados, a quienes “ordenó” que dejaran en paz a sus vecinos, ya que de lo contrario se las verían con él, que al fin y al cabo “yo soy juez calificador”.
La cordura cupo más en los agentes, quienes le pidieron al “funcionario” que hiciera a un lado su actitud y los dejara hacer su trabajo, pero debido a que el juez de marras empezó a portarse más altanero y agresivo, no hubo más remedio que ponerle las esposas, e incluso llevarlo detenido ante otro juez calificador. Sobra decir que le dieron facilidades para que se retirara, pero el escándalo ya lo había provocado.
Hay otras cosas más en las que ha incurrido el mentado juez, que de momento no podemos comentar, pero vale agregar que sus actitudes derivan de que se siente muy bien protegido. Él fue recomendado por el regidor Oliver Flores Bareño, quien muy mal haría en no intervenir para aplacar a quien se le olvida que esos puestos son solamente para gente responsable.
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No quiero que lo de por un hecho, pero sí será interesante investigar que tanto hay de cierto en que la autoridad judicial habría asegurado una gran parte del equipo del Ayuntamiento de Guaymas. Parece que hay algo interesante por ahí. Ya lo averiguaremos.
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Comentan que dentro del círculo de amigos muy íntimos de Pedro Romano Terrazas, éste habría hecho un comentario medio desconcertante: “por las señales que he visto, creo que no voy a ser yo”, refiriéndose lógicamente a la presidencia del comité municipal del PRI en Guaymas.
En vísperas de los movimientos internos en el partido tricolor, la figura de Susana Corella de Espriú pudiera verse fortalecida con esto, pero hay serios indicativos de que Walter Decima Pérez pudiera llegar al lugar que aún tiene Lorena Garibay Ulloa, apoyado por quien sigue manejando la política interna en Guaymas, a control remoto desde Hermosillo.
Lo que sí es cierto es que el cambio de dirigencia ha provocado tanta polarización dentro del PRI Guaymas, que los enfrentamientos hasta satisfacciones personales causan. Y si no, que le pregunten a la señora Sonia Araujo, quien le advirtió públicamente a Manuel Villegas que “me lo voy a acabar… voy a disfrutar mi venganza”.
¡Ups!