viernes, 1 de junio de 2012

Estrategia equivocada y más campaña negra

La evidente persecución política en contra de Otto Claussen Iberri, candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Guaymas y el desplegado publicado por Francisco Javier López Lucero, dirigente municipal del PAN donde le exige aclarar el destino de 30 millones de pesos cuando éste fue director del Isssteson, forman parte de lo que ya se había advertido: en el último mes se van a ir sobre él para aniquilar sus aspiraciones como aspirante a alcalde.
Es decir, todo esto ya se veía venir. Sin embargo, y a estas alturas es importante reflexionarlo un poco, ¿qué tan bien le puede funcionar a los estrategas políticas del PAN todo esto? ¿Será realmente la medida política capaz de desbaratar al Otto como para limpiarle totalmente el camino a Manuel Aguilar Juárez en sus aspiraciones por presidir a los guaymenses?
Hay varias cosas que analizar detrás de todo esto. De entrada, es evidente que en el PAN ya hay preocupación por el avance del “vecino de enfrente”. Si la certeza azul de ganar el proceso electoral en Guaymas fuera absoluta, al candidato del PRI ni lo “pelaran”. Sin embargo, a partir de unos días, las baterías se han enfocado a atacar con dureza al candidato tricolor, lo que deja muy en claro que, ahora sí, ya andan bastante preocupados por lo que pueda pasar el primer domingo de julio. Tratar de combatirlo de esa manera es una muestra de que lo reconocen como un peligro potencial para la eventual victoria del candidato azul.
En lo particular creo que la estrategia no fue la correcta. Esto hace a un lado la idea que se tenía de Aguilar Juárez de estar dentro de la competencia sólo por un sano intento de intentar llegar a la candidatura, y, como lo dijo en una entrevista para Contraportada, “si pierdo no pasa nada, sigo con mis negocios… es más (agregó) si pierdo la competencia salgo ganando”. Hoy el equipo de Manuel está empecinado en la victoria y recurre a las antiquísimas prácticas de golpear públicamente al enemigo para inhibir su presencia. La exhibición de propuestas como candidato ya se hizo a un lado.
Si Otto hizo un mal uso de esos famosos 30 millones de pesos como director del Isssteson, más le valdría irse preparando con los mejores abogados para salir de este descomunal broncón. La situación quizá podría ser bien delicada, pero eso ya tendrá que comprobarlo el Gobierno del Estado, desde donde se endereza este ataque contra el candidato tricolor en el afán por llevar a Manuel Aguilar Juárez a la Presidencia guaymense. Ya empezaron y ahora tienen que terminar con esto, y si Otto presenta pruebas suficientes para comprobar su inocencia, el pretendido daño se podría revertir.
Ahora bien, en medio de todo esto, se integra como apoyo del candidato azul el ex candidato priísta a la alcaldía Carlos Alberto Zaragoza Decima “El Cacho”. Y junto con él otros empresarios que, con la derrota de éste en 2009 también resultaron agraviados. En aquellos tiempos se culpó a colegas tricolores apoyar a César Lizárraga Hernández, entonces candidato panista. Y la presencia de “El Cacho” en estos precisos momentos evidencia un deseo insano de cobrar las facturas de hace tres años. La política sigue siendo sucia.
Todo esto, sin embargo, puede rendirle al PAN buenos resultados. Si le comprueban a Otto que manejó mal los recursos como servidor público hasta podrían inhabilitarlo. Pero dejará al señor Aguilar Juárez en una situación bastante incómoda, sobre todo porque siempre ha dicho que él no entraría al juego cochino de las campañas negras. Él siempre ha hablado de honestidad, y si permite que su partido juegue de esta manera, pues….
A poco menos de un mes de campaña de proselitismo, tratar de convencer a la gente para que vaya a votar pasa a segundo término. De aquí en adelante, hay que madrear al enemigo… ¡Siempre es lo mismo!
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Nunca me ha gustado recurrir a esto cuando se trata de cuestiones monetarias, pero hay gente que no deja lugar a otra cosa.
Hace algunas semanas ya, gente muy cercana al profesor Fermín Trujillo Fuentes, candidato del Panal a diputado federal, se comunicaron vía telefónica con un servidor. Me pedían elaborar y publicar una entrevista a esta persona. Contrataron los servicios de este medio, pues. Y fue tanto su interés en usarlos, que enviaron un vehículo especial por mí y me llevaron al hotel Armida. Tras unos minutos de espera llegó el maestro citado, y se elaboró la entrevista. Esta se publicó redactada en este mismo espacio, y la grabación se transmitió por Radiofons, de acuerdo a lo pactado.
Y esto es lo que no me gusta hacer, pero no me dejaron otra: le pido de favor al señor Trujillo Fuentes que deje de confiar en su “gente de confianza” y cubra el costo del servicio contratado.
Creo que no se vale jugar de esa manera, y más cuando se está buscando un puesto de elección popular tratando de convencer que la honestidad es primero.