Bajo los mejores augurios inició el hasta hace poco legislador local, Héctor Moisés Laguna Torres, su trabajo de proselitismo en busca de la alcaldía de Empalme, un propósito que persigue desde el momento mismo en que se decidió a emprender una intervención activa en la política, con resultados hasta ahora muy satisfactorios para él.
Conozco a Héctor lo suficiente para decir que no está en esto por intereses mezquinos ni mucho menos. Sabe hasta dónde puede y hasta ahí quiere llegar. Hace tres años lo dijo en Radiofons: “sí me interesa buscar la Presidencia Municipal después de la diputación local”, y con esa misma seguridad hoy está metido de lleno en la lucha por conseguirlo. Y la perspectiva no puede ser mejor.
Héctor supo manejarse bien como diputado. Entratándose de aportar iniciativas de ley en el Congreso del Estado cumplió a cabalidad. Se preparó, estudió, planteó y concluyó con un saldo positivo su compromiso. Nunca perdió el contacto con sus coterráneos empalmenses, y eso lo tiene ahora en una posición muy superior (hay que decirlo) respecto a otros aspirantes a la alcaldía, cuya participación, por cierto, evidencia la necesidad urgente de tener una regiduría.
Hay priístas que lo dicen a grito abierto: Héctor va a ganar la alcaldía. Por respecto a ellos y su militancia no escribo aquí sus nombres, pero su percepción es la misma de muchos miembros del tricolor, que ven con tristeza que su partido no puede levantarse, y mucho menos cuando surgieron de nuevo y con mayor fuerza las diferencias que lo mantienen muy dividido desde hace ya bastante tiempo.
El PRD no quiso (o no pudo?) postular un candidato con la presencia suficiente en el municipio como para pensar en una eventual victoria. Lo del interés de Jesús Zambrano Grijalva, empalmense hoy convertido en el dirigente perredista a nivel nacional, por rescatar para el partido al municipio quedó sólo en una simple suposición. Resultó por demás evidente que “El Güero Zambrano” tiene otros intereses más arriba.
Así las cosas, Héctor marcha con tranquilidad hacia una victoria holgada, contando para ello con el más sólido respaldo de un Javier Caraveo Rincón que crece día a día como candidato a diputado local, luego de un trabajo satisfactorio como alcalde ante la opinión pública. Lo he visto: a Javier lo reciben con bastante aceptación en las colonias donde llega a promover su candidatura.
El PAN en Empalme marcha seguro. Ni modo.
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Con la prudencia propia de quien sabe que es más importante cumplir compromisos que otra cosa, Mónica Marín Martínez sigue aferrada al sano propósito de dejar saneadas las finanzas del municipio, una vez que concluya su mandato. Así lo asumió desde que recibió esta oportunidad, y está empecinada en no fallarse a sí misma.
Ha batallado, sí, porque la situación económica de los municipios en estos momentos está complicada, muy difícil, pero sabe que puede. El manejo honesto de los recursos públicos puede permitir eso y más, y cuando hay interés en cumplir las cosas son más fáciles de alcanzar.
Mónica puede pasar a la historia de Guaymas como una funcionaria que supo trabajar en bien de la ciudadanía. Y de esos hay muy pocos.
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No es una encuesta la que va a definir los resultados del proceso electoral que se vive, y menos aquellas que curiosamente ignoran a un candidato que al menos tiene más presencia popular que otros, como es el caso del licenciado Librado Navarro Jiménez.
El candidato a alcalde por Movimiento Ciudadano está avanzando, y eso nadie lo puede ni debe negar. Con pocos recursos para costear una campaña millonaria pero con una voluntad y un deseo muy sincero de hacer un buen gobierno, Librado sigue en su trabajo de proselitismo, y las muestras de apoyo que recibe no están fundamentadas ni en una torta y menos aún en un par de zapatos. La gente que le ofrece su apoyo es porque cree en su palabra.
Los encontronazos que se dan entre quienes tienen poder económico podría ser la punta de lanza para que Librado les saque un buen susto. Ya verán.