martes, 11 de junio de 2013

Parten a Hermosillo niños de la Orquesta Sinfónica

 *Este miércoles 12 de Junio “Esperanza Azteca” ofrecerá su primer concierto en la capital del Estado
Después de casi 8 meses de intenso estudio, de capacitación, de aprendizaje y de un fuerte fomento a la cultura y los valores, 200 niños y jóvenes de Guaymas y Empalme, miembros de la Orquesta Sinfónica “Esperanza Azteca”, partieron la tarde de este martes a Hermosillo, donde mañana ofrecerán su primer concierto.
Los noveles músicos de esta región viajaron hoy a la capital sonorense, donde esta tarde participarán en un ensayo general, a fin de estar listos para lo que será su debut oficial en el Auditorio Cívico del Estado, donde a partir de las seis de la tarde, ofrecerán un exquisito recital musical, integrado por temas tradicionales de la mejor música clásica del mundo.

Focos rojos en Guaymas...

La impresionante ola de asesinatos de menores de edad, inclusive de bebés, a manos de su propia familia, llegó ya a Guaymas. Ayer la comunidad se impactó profundamente con el crimen de una chiquilla, de apenas 13 años de edad, a manos de su padrastro, un hombre que hasta antes del hecho era considerado por vecinos y conocidos como un tipo apacible, tranquilo e inclusive hasta muy atento con sus hijastros, abandonados éstos (según versiones) por su madre.
En estos momentos las elucubraciones sobre lo ocurrido galopan velozmente por todos los rincones de la comunidad. Hay quienes se atreven a decir que la había convertido en su mujer y que en un momento de locura quiso poner punto final a ese asunto, sólo que recurrió a lo más absurdo: el crimen. Esto, sin embargo, no es más que otra suposición más, de las decenas que ya andan circulando en todos los niveles de la sociedad. Para eso muchos guaymenses se pintan solos.
Van a ser las investigaciones, sin embargo, las que finalmente determinen cuales fueron las causas por las que esta familia se desintegró de una manera tan brutal. Primero el abandono de los hijos por parte de la madre, y finalmente el crimen de la muchachita a manos de su propio padrastro, dejando en el doloroso desamparo a dos chiquillos, que en estos momentos vienen a ser las dos principales víctimas de este impresionante suceso.
Ayer por la noche, alguien me comentaba que esta niña llevaba un muy aceptable promedio académico en la secundaria donde estudió, la “Abelardo L. Rodríguez”, y que próximamente sería la abanderada del plantel.
Respecto al hombre que puso fin a su vida, la información es un tanto escueta. Sólo se habla de alguien que, desde el abandono de su mujer, se convirtió literalmente en el padre de los hijos abandonados. Vecinos suyos lo ubican como alguien que se hizo cargo de ellos, mencionándolo como un hombre aparentemente tranquilo y responsable.
Se afirma que a diario acudía a la escuela por la jovencita, pero hay quienes aseguran que la niña alguna vez manifestó tenerle miedo. Lo cierto es que hay muchos testigos de que, al menos en apariencia, la cuidaba mucho. Nadie ha comentada nada, hasta ahora, sobre una posibilidad de que el hombre fuera adicto a las drogas.
Quizá las razones por las que ocurrieron los hechos nunca sean bien esclarecidas. Lo cierto es que fue un crimen abominable que ha consternado profundamente a la comunidad, y que si antes los “focos rojos” estaban encendidos sólo en Hermosillo, por la frecuencia de los asesinatos de menores, hoy Guaymas también se mete a la estadística con este acontecimiento.
Insisto: se han perdido los valores fundamentales de una buena sociedad. La educación, la decencia, el fortalecimiento de la integración familiar se está diluyendo. Y por el rumbo que llevamos, si seguimos aferrados a no reaccionar, pronto estos casos también serán aquí tan comunes como en Hermosillo y otros puntos de Sonora.
"Hay ocaciones en las k siento k no balgo nd k Solo soy un estorbo k nunca debio de existir”, publicó el 20 de mayo en su cuenta de Facebook. Era una advertencia… nadie se dio cuenta.