Creo que hoy como nunca, los padres de familia
debiéramos alarmarnos -- sí, alarmarnos -- ante el nivel que ha tomado el
consumo de drogas entre la juventud, y de manera muy particular, entre los
estudiantes de secundaria y preparatoria.
Es imperativamente urgente darnos cuenta de que
el control está ya completamente perdido, y que las drogas tienen presencia en
los planteles educativos, a grado tal que se están comercializando dentro de
estos mismos.
Peor todavía, en algunos casos bajo la
complacencia de maestros que no mueven un dedo por impedirlo, por una simple y
sencilla razón: también son adictos a las drogas.
Hoy circula una nota en la que se exhibe al
Cbtis-40 como el plantel donde fueron sorprendidos dos mozalbetes, uno del mismo
plantel y otro del Instituto Regional de Guaymas. El primero huyó al verse
descubierto, al segundo le encontraron una importante porción de droga que
había intentado entregarle al hoy estudiante prófugo.
Pero está por demás tratar de cuestionar y/o poner
en entredicho a ambas instituciones educativas y armar un escándalo por el
prestigio que ya tiene el IRG y los urgentes intentos de recuperarlo en el
Cbtis. Tenemos que entender que lo ocurrido involucra a ambas escuelas, pero
TODAS están enfrentando exactamente el mismo problema.
Luego entonces, es extremadamente urgente que
cada quien asuma la responsabilidad que le corresponde y no estigmatizar a cada
escuela donde va surgiendo un problema similar. La culpa no es de los maestros
de manera exclusiva. Más responsabilidad tenemos los padres que ignoramos lo
que nuestros hijos podrían estar haciendo en su centro de estudios.
Así pues, escandalizarnos por lo que ocurre en
tal o cual plantel se nos puede revertir en una noticia que seguramente nos
echaría a perder el morbo que hoy nos causa lo sucedido en tal o cual escuela.