Desde siempre, y en estricto apego a lo que dicta la Constitución Mexicana, he sido de los que apoya e incluso estimula el libre derecho a manifestarse en contra de toda autoridad que, a juicio del inconforme, esté realizando un trabajo deficiente, atentatorio contra los intereses de una comunidad. La misma Carta Magna contempla el libre derecho a manifestarse públicamente en el entendido de que se vive en un país democrático.
Hoy en día, la libertad de expresarse, contemplada en el Artículo 6º, es evidente. A medida que pasa el tiempo, las redes sociales se han convertido en unas de las mejores armas para que el ciudadano común exprese sus ideas sin que nadie pueda prohibírselo. Incluso hay quienes llegan al insulto y la amenaza a través de una publicación en internet, sin que exista una represalia por ello. Por el contrario, estimula a que otros se integren a ese tipo de protestas, que también lo son.