Desde que se inauguró a la fecha, he sostenido que el
Malecón Turístico es una obra de gran relevancia para Guaymas. Un área que se
ha convertido en el mejor punto para el recreo familiar, el esparcimiento y
hasta para el desarrollo de eventos masivos de todo tipo. La Plaza de los Tres
Presidentes tiene el título ya de “El Zócalo de la Ciudad”, si no, fuera
nuestra enorme explanada la que lo llevara.
El caso es que hace unos días, acompañado de mi esposa y
el más pequeño de mis hijos, dimos un breve paseo nocturno por el área que va
paralela a la calle 20, y reflexionando un poco sobre la obra, caímos de nuevo
a la conclusión de que los guaymenses seguimos sin despertar de ese largo
letargo que no nos permite reactivar por nosotros mismos nuestra situación, y
seguimos esperanzados a que venga un Mesías a resolvernos todo.
Desde hace tiempo, el área a la que me refiero (la
normativa gramatical dice que es correcto escribirlo así, conste) está en el
más completo abandono. Y sobre eso, empezamos a construir castillos que podrían
no estar en el aire si los mismos guaymenses, sin esperar que la autoridad sea
quien marque el paso, podríamos convertir en una realidad.
Vamos por partes: A la autoridad le corresponde por
obligación, sí, mantener en buen estado esa área. ¿Cómo? Hay que reponer
inmediatamente las luminarias de alumbrado público, algunas de las cuales ya no
encienden. Hay gente que hace ejercicio cuando ha caído la noche, y la falta de
esos focos empieza a oscurecer el lugar. Además, no sería mala idea reponer las
lámparas que ya no funcionan en la calle 20.
Si el Municipio realmente tiene intenciones de solucionar
el problema de vialidad que provoca la instalación del tianguis de los Miércoles,
no encuentro justificación alguna, excepto la testaruda necedad y prepotencia
de los tiangueros, para no colocarlos en la AMPLÍSIMA área que ofrece el
malecón. Ahí, aparte de que no le estorbarían a nadie, ni caerían en la
ilegalidad de cerrar el tráfico vehicular, trabajarían más tranquilos, tendrían
más área de estacionamiento para sus clientes y todos los beneficios que usted
quiera agregarle. No poner el tianguis ahí es de retrasados mentales.
En lo particular me pareció excelente la decisión de colocar
ahí los juegos mecánicos del pasado carnaval. Con un mundo de espacio
disponible, no había mejor lugar para la tradicional feria. Creo que con
semejante malecón, no sería mala idea invitar a las demás empresas que manejan
este tipo de negocio para que vengan con más frecuencia a Guaymas y se instalen
ahí. Sería un atractivo extra para mucha gente que vamos ahí y no encontramos
más diversión que llevar a los chamacos a corretear o pasearse en bicicleta.
Porque fuera de las carretitas donde venden churros y cocteles de elote, no hay
más que ver.
¿Qué le parecería a los encargados de promover el deporte
en Guaymas (con saludo especial a mi amigo Jesús Ramón Bórquez Rivas) solicitar
los recursos necesarios (que no sería la gran cosa en inversión) para acondicionar,
al inicio del malecón, en el área de terracería, una pista para la práctica del
bici-cross? Te garantizo, mi querido Chuy, que algo así acarrearía diariamente
a decenas de chamacos ávidos de subirse a las lomas para este atractivo deporte,
y quedarías bastante bien ante la opinión pública.
Todavía más. ¿Qué tal si enseguida de esa pista se
construye una más para el patinaje sobre ruedas? Terreno para eso hay mucho más
que suficiente, y estoy seguro que serviría para que sábados y domingos (amén
de otros días de la semana) estuviera ahí repleto de familias que se
divertirían de lo lindo, paseando en patines. Al Municipio no le costaría ni
mil pesos al mes mantener un par de áreas donde la gente pudiera concentrarse
para disfrutar de una buena tarde.
¿Qué tal un área infantil, donde hubiera columpios,
resbaladillas y todos esos “jueguitos” que son la delicia de todo pequeño? Si
pensamos un poco, en toda esa área ya no existe un solo columpio, y ese tipo de
parquecitos son de mucho atractivo para que retocen los pequeños. ¿Qué acaso
tendrá un costo multimillonaria crear uno de esos?
¿Porqué no ha habido, sobre todo entre la gente que vende
tacos de pescado y otro tipo de productos del mar, algún ocurrente que convoque
a otras personas y hacer una serie de puestos que durante el día se conviertan
en el más económicamente atractivo para ir a desayunar o comer? Ahí podría
concentrarse a la gente que vende este tipo de productos, inclusive un pequeño
mercado de mariscos, Y lo más importante, que todo esto lo vendieran a muy
bajos costos. Apuesto sobre contra sencillo que sería un buen negocio.
Entiendo que la conclusión del Malecón Turístico costaría
una buena millonada de pesos. Luego entonces, mientras ese recurso no llega,
hay que DARLE VIDA a un lugar que está literalmente muerto. No cuesta mucho
dinero, y puede ser una participación mutua entre Ayuntamiento y guaymenses,
los primeros alentando a la gente a participar con la instalación de una
mini-empresa, y los segundos buscando alternativas para mejorar un poco la
destrozada economía familiar. ¿Qué tiene que venir gente de fuera a seguirnos
poniendo el ejemplo?
Sé que muchas ideas pueden fluir en torno al Malecón.
Pero tenemos que ser nosotros mismos quienes vayamos a “ponerle el cascabel al
gato” y demostrarnos, más que nada a nosotros mismos, que sí podemos hacer que
nuestra ciudad deje de ser un refugio para el chisme caliente, y ser un pueblo
unido, hospitalario y dispuesto a hacer de toda esa área un auténtico atractivo
para el turismo.
Ya nos dieron el primer empujón con la creación del
Malecón. Ahora vamos asumiendo nosotros el papel que nos corresponde,
convirtiéndolo en netamente turístico.