Un movimiento telúrico de 4.0 grados se registró poco después del mediodía
Un temblor de tierra que provocó reacciones encontradas se registró en la región Guaymas Empalme a las 12:24 horas de este viernes, mismo que fue ubicado en 4.0 grados, según la Coordinación Municipal de Protección Civil.
El temblor de tierra provocó incluso reacciones de temor entre la comunidad, precisamente en la fecha en que, según interpretaciones de las predicciones mayas, se anuncia el fin del mundo.
El coordinador de la UMPC, Gerardo León Soto, manifestó que el epicentro del movimiento telúrico se localizó a 84 kilómetros al Oeste de Guaymas, con una profundidad de 31 kilómetros., sin que se hubieran presentado reportes de daños a casas o edificios de la región.
Debido a la polémica desatada por el supuesto fin de la humanidad, hubo gente que incluso sufrió menudo susto, que minutos más tarde se convirtió en un sinfín de comentarios a través de las redes sociales.
Protección Civil tampoco reportó casos de personas lesionadas.
viernes, 21 de diciembre de 2012
De bloqueos y molestias...
Siempre he sido muy respetuoso de las diversas formas de manifestación que practica la gente. Sigo siendo de los que están en total acuerdo de que, si hay algo que está perjudicando directamente, y sobre todo a las familias entratándose de la cuestión económica, hay que hacer uso del legítimo derecho que te da la Constitución Política de México y levantar la voz hasta lo más alto para emitir la protesta correspondiente… pero sin perjudicar a terceros.
Yo no voy a cuestionar si los 60 días de aguinaldo que exigen los trabajadores sindicalizados al Ayuntamiento que encabeza Otto Guillermo Claussen Iberri es mucho o es lo justo. Así quedó establecido en un jueguito que alcanza a la pasada administración pública y ahora el problema para liquidar eso es mayúsculo. Aseguran que en la Comuna no hay dinero suficiente para satisfacer esa exigencia que, dice el Tesorero Manuel Ibarra Salgado, está fuera del contexto legal.
Lo que sí puedo y voy a cuestionar, es la forma en que los trabajadores sindicalizados ya nos metieron a su problema al resto de los guaymenses, al irse a bloquear dos de las principales rúas que hay en Guaymas, la Avenida Aquiles Serdán y la Calzada Agustín García López. Su radical postura, por justa que sea su exigencia, ya logró alterar los nervios de millares de personas, y lógicamente hubo también millares de protestas en contra de su medida.
Nunca he sido partícipe de manifestaciones de ese tipo. Desde siempre, he considerado que bloquear una calle para protestar por o en contra de algo, lo único que logra es desprestigiar a quien se manifiesta. Por más que se quiera ofrecer una disculpa a la ciudadanía de Guaymas, el hecho de interrumpir el libre tránsito, aparte de estar constituido como un delito, representa un trastorno desesperante para los únicos perjudicados: los menos responsables de lo que pasa.
Las protestas deben enderezarse hacia los directamente responsables, hacia quienes provocaron el problema y obligaron a la protesta. No llevar al ciudadano común a una situación de molestia, enojo, impotencia y obvia resistencia, porque lo único que provoca es una respuesta violenta provoca (en Guaymas ha ocurrido muchísimas veces), y el problema lógicamente se complica más.
Ha habido casos de personas que son agredidas por manifestantes tras intentar atravesar los bloqueos con los vehículos. Y lo peor es que no solamente son acusados de intolerantes y prepotentes, sino que además las unidades sufren el ataque de los que protestan. Y la policía, en su burdo intento de hacer bien las cosas, amonestan a quien quiere atravesar haciendo uso de su derecho, pasando por alto la postura radical, provocadora y abusiva de quienes mantienen cerrada la zona de circulación vehicular. No se vale.
Así las cosas, creo que los señores sindicalizados, con todo el derecho del mundo que tienen de exigir que se les pague su salario, lo menos que pueden hacer es pedir el apoyo de la ciudadanía pero sin perjudicarla directamente como lo hacen, y hacernos entender que su lucha es legítima y justa, pero sin impedirnos hacer uso de nuestro derecho al libre tránsito.
De mantener su postura, al menos para mí seguirá siendo una provocación, un reto, a hacer más grande el problema que ya traen.
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De manera inteligente, construyendo un camino que podría redituarle otros buenos resultados en su futuro político, el alcalde empalmense Héctor Moisés Laguna Torres despliega intensa actividad en su recién entregada encomienda, “echándose al bolsillo” a la comunidad empalmense, con la cual intenta, con buenos resultados, mantener un contacto directo.
Haciendo uso de los recursos disponibles, instruye a sus colaboradores correspondientes para el avance de algunas obras pendientes, mientras se realizan los preparativos para empezar a trabajar intensamente en la obra pública, la cual contempla importantes proyectos para el año venidero.
De manera mesurada pero con mucho entusiasmo, Laguna Torres camina bien en su propósito de ser un buen Presidente Municipal. Su promesa de contacto directo con la gente y poner todo su empeño para sacar adelante al Municipio, se está cumpliendo de buena manera.
Bien por él.
Yo no voy a cuestionar si los 60 días de aguinaldo que exigen los trabajadores sindicalizados al Ayuntamiento que encabeza Otto Guillermo Claussen Iberri es mucho o es lo justo. Así quedó establecido en un jueguito que alcanza a la pasada administración pública y ahora el problema para liquidar eso es mayúsculo. Aseguran que en la Comuna no hay dinero suficiente para satisfacer esa exigencia que, dice el Tesorero Manuel Ibarra Salgado, está fuera del contexto legal.
Lo que sí puedo y voy a cuestionar, es la forma en que los trabajadores sindicalizados ya nos metieron a su problema al resto de los guaymenses, al irse a bloquear dos de las principales rúas que hay en Guaymas, la Avenida Aquiles Serdán y la Calzada Agustín García López. Su radical postura, por justa que sea su exigencia, ya logró alterar los nervios de millares de personas, y lógicamente hubo también millares de protestas en contra de su medida.
Nunca he sido partícipe de manifestaciones de ese tipo. Desde siempre, he considerado que bloquear una calle para protestar por o en contra de algo, lo único que logra es desprestigiar a quien se manifiesta. Por más que se quiera ofrecer una disculpa a la ciudadanía de Guaymas, el hecho de interrumpir el libre tránsito, aparte de estar constituido como un delito, representa un trastorno desesperante para los únicos perjudicados: los menos responsables de lo que pasa.
Las protestas deben enderezarse hacia los directamente responsables, hacia quienes provocaron el problema y obligaron a la protesta. No llevar al ciudadano común a una situación de molestia, enojo, impotencia y obvia resistencia, porque lo único que provoca es una respuesta violenta provoca (en Guaymas ha ocurrido muchísimas veces), y el problema lógicamente se complica más.
Ha habido casos de personas que son agredidas por manifestantes tras intentar atravesar los bloqueos con los vehículos. Y lo peor es que no solamente son acusados de intolerantes y prepotentes, sino que además las unidades sufren el ataque de los que protestan. Y la policía, en su burdo intento de hacer bien las cosas, amonestan a quien quiere atravesar haciendo uso de su derecho, pasando por alto la postura radical, provocadora y abusiva de quienes mantienen cerrada la zona de circulación vehicular. No se vale.
Así las cosas, creo que los señores sindicalizados, con todo el derecho del mundo que tienen de exigir que se les pague su salario, lo menos que pueden hacer es pedir el apoyo de la ciudadanía pero sin perjudicarla directamente como lo hacen, y hacernos entender que su lucha es legítima y justa, pero sin impedirnos hacer uso de nuestro derecho al libre tránsito.
De mantener su postura, al menos para mí seguirá siendo una provocación, un reto, a hacer más grande el problema que ya traen.
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De manera inteligente, construyendo un camino que podría redituarle otros buenos resultados en su futuro político, el alcalde empalmense Héctor Moisés Laguna Torres despliega intensa actividad en su recién entregada encomienda, “echándose al bolsillo” a la comunidad empalmense, con la cual intenta, con buenos resultados, mantener un contacto directo.
Haciendo uso de los recursos disponibles, instruye a sus colaboradores correspondientes para el avance de algunas obras pendientes, mientras se realizan los preparativos para empezar a trabajar intensamente en la obra pública, la cual contempla importantes proyectos para el año venidero.
De manera mesurada pero con mucho entusiasmo, Laguna Torres camina bien en su propósito de ser un buen Presidente Municipal. Su promesa de contacto directo con la gente y poner todo su empeño para sacar adelante al Municipio, se está cumpliendo de buena manera.
Bien por él.
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