La posibilidad de que Manuel Aguilar Juárez apareciese en 2012 como candidato a la Presidencia Municipal de Guaymas por el Partido Acción Nacional, lejos de verse como una estrategia para preservar la alcaldía a favor del albiazul, tiene claros indicativos de que iría en beneficio del candidato priísta, en el caso de que éste fuera el actual diputado Otto Claussen Iberri.
Para nadie es un secreto que Claussen Iberri operó fuertemente durante la pasada contienda electoral para que Carlos “El Cacho” Zaragoza Decima cayera derrotado en las urnas electorales, y dentro de los arreglos que hoy está haciendo el legislador en su ambición por ser algún día presidente de Guaymas, destaca la búsqueda de la debilitación de las siglas panistas en la lucha por conservar el Municipio.
Esta situación ha sido claramente advertida desde la cúpula del poder en Sonora, desde donde se veía con simpatía la posibilidad de manejar una eventual candidatura a favor de Francisco “Paco” Bueno Ayup. Sin embargo, es notorio que Guaymas se sigue viendo como un botín para algunos políticos de interés, no de convicción. Por eso, una presunta declinación del actual Director General de Alcoholes podría sonar más como una especie de protección de su carrera política que otra cosa.
Es decir, a medida que transcurra el tiempo, los golpes políticos en Guaymas se van a seguir aplicando con despiadada contundencia. El mismo alcalde César Adrián Lizárraga Hernández lo está sintiendo ya, porque es tanta la ambición de algunos políticos por llegar a la alcaldía guaymense, que arrollan todo lo que esté a su paso. Es el caso precisamente de Claussen Iberri, quien no quita el dedo del renglón para estar también en el cuadro de honor del Salón Presidentes del Palacio Municipal, y se apresta ahora a cobrar favores electorales.
Es cierto, Aguilar Juárez le metió inversión a las campañas políticas, pero también es entendible que él busque cómo asegurar sus negocios. No lo conozco lo suficiente como para asegurar que no tendría empacho para prestarse a una jugarreta política, pero sinceramente, no le veo la figura como para ser candidato a alcalde y tener posibilidades de una victoria. Por eso su participación podría prestarse a un propósito en ese sentido.
En lo particular, sigo sosteniendo que si el PRI realmente tuviera intenciones sanas de cambiar y ser realmente una alternativa de gobierno, el único que podría garantizarle eso es el doctor José Luis Marcos León Perea, una persona que al menos, como servidor público, ha demostrado un mayor interés en trabajar.
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El portal de Miguel Leyva Guerrero, Portavoz Guaymas, publica hoy (y lo reproduce Contraportada) que Sandra Pineda Ávalos podría salir de la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento de Guaymas, y que su lugar sería ocupado por Manuel Millánes Pérez, del personal de Telemax.
No conozco a Manuel, por eso no puedo decir si las cosas van a mejorar o no en esa área, y por otra parte lamento lo de Sandra, pero creo que sí era necesario un cambio en esa dirección. Yo no dudo que ella haya tenido todo el sano propósito de hacer bien las cosas, pero sí es muy necesario tener formación y además pleno conocimiento de cómo funcionan los medios de comunicación para poder hacer un buen trabajo.
No creo que quede fuera de la administración, porque sería una injusticia en su contra, sobre todo por la lealtad que ha mostrado siempre al alcalde César Lizárraga Hernández, por lo que le deseamos toda la suerte del mundo en el compromiso que vaya a adquirir.
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