Si el PRI no quiere que su participación electoral en Guaymas se convierta en un relajo, tiene que empezar por lo más sano y maduro: su candidato a alcalde tiene que salir de entre dos personajes: José Luis Marcos León Perea y Otto Claussen Iberri.
Cualquier otra participación, trátese de quien se trate, será la gota que derrame el vaso y convierta al partido en este municipio en un auténtico escenario de batalla, que reducirá drásticamente las posibilidades de tener una participación por lo menos decorosa en los comicios de 2012.
Si ya de por si la participación de ambos diputados, federal y local, ya polariza a los respectivos seguidores, tan sólo una participación más (hasta tres se advierten) vendría a provocar tan graves fracturas, que causarían más bien una auto derrota. Y en ese sentido, la dirigencia estatal del partido está obligada a poner orden en todo esto.
Si habláramos de derechos, creo que por el momento son los dos únicos dentro del PRI que lo tienen. El doctor León Perea, con una trayectoria limpia y clara, iniciada desde aquellos tiempos en que participaba con servicios gratuitos a petición del partido en cuanta jornada se le solicitaba.
En su trayectoria política, es incuestionable que el médico ha sabido conservar su imagen, de tal forma que son muchos los que lo ubican como un excelente prospecto para aspirar al gobierno de los guaymenses por el tricolor. Como diputado local y hoy en la federal, ha hecho lo que muchos evitan: ser claro y directo con la ciudadanía a la que se debe. No le saca la vuelta a dar explicaciones cuando tiene que hacerlo.
Ha buscado esa oportunidad y hoy la merece. Si en el PRI hacen a un lado intereses particulares o de grupos, entenderán que el doctor podría ser, en estos momentos, su mejor carta de presentación. Aparte del “voto duro” del PRI, tendría una interesante aportación de sufragios para la causa tricolor.
El caso de Otto es parecido, aunque al hoy diputado local lo siguen mezclando con el otrora poderoso grupo priísta encabezado por el ex Gobernador Eduardo Bours Castelo. A Claussen Iberri su mismo jefe prácticamente le aseguró que sería candidato a gobernar Guaymas, y en el último momento le dijo que siempre no. Es la más reciente historia. Es cuando le dieron la candidatura al hoy derrotado Carlos Zaragoza Iberri. En ocasiones anteriores, simplemente no lo dejaron llegar.
Podría considerarse también como una injusticia que no le dieran esa oportunidad. Sin embargo, las cosas aún no están escritas. Él asegura que buscará hasta el final la nominación, quizá por que sabe que el tiempo empieza a terminarse y se pondría en riesgo incluso su carrera política.
Tiene carisma, le cae bien a la gente. Podría ser un buen candidato, capaz de enfrentar la arremetida que seguramente se preparan ya de los equipos contrarios.
Fuera de ellos dos, no veo gente con tanto peso, con tanta presencia como para meter al PRI a la pelea. Lo demás sería sólo para cubrir un compromiso electoral, y buscar a los próximos regidores priístas en el Ayuntamiento. No puede haber para más aspiraciones.
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