Más que lamentable, resulta terriblemente decepcionante para la ciudadanía sonorense que, finalmente, un partido que como Acción Nacional criticó siempre las acciones de gobiernos priístas, incurra en errores similares, los que por consecuencia propia, resultan peores.
Embargados por la natural soberbia que da el poder, las formas de los gobiernos panistas en Sonora son una copia fiel de muchas de las atrocidades que se cometieron durante los mandatos tricolores, sobre todo entratándose de proteger siempre los intereses particulares de quienes se mueven en el siempre tenebroso mundo de la política.
La lista resultaría interminable. Hablemos sólo de casos específicos. Y más cuando está ya la efervescencia electoral. Hoy en día, las candidaturas panistas se están manejando de acuerdo a los intereses de quienes detentan el poder en Sonora. La exigida participación ciudadana está pasando, ahora bajo el régimen azul, a un plano totalmente relegado.
Está el caso específico de Fernando Miranda Blanco, quien a pesar de auto proclamarse como alguien plenamente identificado con la comunidad, sigue siendo un perfecto desconocido en Guaymas, y aún en Empalme, donde más se ha “placeado”. El aspirante a candidato a diputado federal considera que las bendiciones divinas de la política ya lo tienen debidamente protegido.
El tímido intento del panismo regional de llevar a Israel Quiroz Márquez a la candidatura oficial podría estrellarse violentamente ante las imposiciones que se advierten en el futuro inmediato. Al más puro estilo priísta.
Y es que, insisto, todo es busca de intereses particulares. Y ahí está el otro caso, el que se relaciona con la dimisión de César Adrián Lizárraga Hernández a la alcaldía para irse a buscar la nominación hacia la diputación local. Tras el rompimiento con su ex Secretario Alonso Arriola Escutia, este pretende seguir moviendo sus influencias entre algunos regidores para imponer a Francisco Ponce Vázquez alias "El Pío" como alcalde sustituto.
Y se hace de una manera tan burda, que hasta se obsequia un terreno para hacerlo aparecer como un ángel protector del panismo de casa.
En esto no existe ni siquiera la más mínima intención de hacer algo en beneficio de la comunidad guaymense. La idea es seguir protegiendo los intereses particulares de quienes se han visto millonariamente beneficiados bajo el amparo de esta administración pública. Lo demás sale sobrando. ¡Al más puro estilo priísta!
Hoy en día el PAN ya no tiene cara para seguir reclamando nada a sus vecinos de enfrente. El poder los embriagó a grado tal que ya las formas no existen, y no se observa, ni a simple vista, algo que ilustre sobre aquella pregonada frase que decía “por una patria ordenada y generosa”. Todo es un desorden y la generosidad sólo se da a quienes están incrustados en el poder.
Y si a todo esto añadimos los graves enfrentamientos que hay en el PRI, el total rompimiento que hay en el PRD, donde jamás se ponen de acuerdo a la hora de elegir candidatos, y los absurdos que se dan en los partidos más chicos, bien podemos ir pensando en un proceso electoral que, históricamente, podría ser el más decepcionante y en consecuencia el que menos votantes arroje a las urnas.
Ese es el panorama más claro hasta ahorita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario