jueves, 6 de septiembre de 2012

Omar… el único


A partir del establecimiento del nuevo Ayuntamiento en Guaymas, será muy interesante ver lo que hagan los partidos políticos, pero en el caso muy especial, Acción Nacional, cuyos candidatos, todos, cayeron abatidos en el más reciente proceso electoral, lo que ha derivado en fuertes fricciones al interior de la militancia, que derivan ya en la exigencia de que Francisco López Lucero concluya de una vez por todas su período como presidente del organismo en este municipio.
El  PAN regresa a sus tiempos de oposición tras los sorprendentes resultados del pasado primero de Julio, cuando se suponía que las condiciones estaban dadas para alcanzar la victoria fácilmente. Nada le funcionó al aún dirigente panista, a excepción del objetivo alcanzado de depender tres años más del erario vía regiduría obtenida a favor de su cónyuge. Tras haber sido durante tres años abrumadora mayoría en el cabildo, volverán a los tiempos de ser una minoría tímida y poco propositiva en la administración de Otto Claussen Iberri.
Por eso es importante el rumbo que se le vaya a dar al partido cuando su dejen venir los cambios necesarios en la dirigencia. Los experimentos tendrán que hacerse a un lado y lejos de los intereses particulares, tendrá que buscarse a un auténtico líder, a alguien que venga a inyectar otro tipo de ideas al panismo regional, sobre todo en lo que se refiere a las lesiones que han quedado después de los resultados electorales. Al PAN le urge curar las heridas que están sangrando profusamente.
El desamor a la doctrina panista y la ambición desbocada de uno o dos que se sintieron los dueños absolutos del partido y lo vieron como la mejor forma de enriquecerse, es lo que provocó la derrota, inclusive para gente que no lo merecía. Ese tipo de gente es la que debe desaparecer urgentemente de las filas albiazules, y dar paso para que lleguen personajes que traen impregnados los principios panistas.
En lo particular, considero que, por el trabajo desarrollado tanto dentro como fuera del partido, Omar Núñez Caravantes es, en estos precisos momentos, la mejor carta que puede tener el partido para iniciar el pesado proceso de reestructuración y el restablecimiento ante la sociedad como un organismo político de respeto, tras el trato que le dieron adherentes egoístas y ambiciosos. El actual delegado de la SEC lleva hasta ahora una limpia trayectoria, tanto como militante como servidor público.
La experiencia sufrida debe motivar a la reflexión y al interés colectivo de la militancia. Enojarse lleva a perder el control y podría representar hasta el “tiro de gracia” para el PAN en el futuro. Los panistas de convicción deben hacer valer su voz y voto y exigir que se termine ya con el proceso de auto-aniquilamiento que duró tres años. Algunos de ellos dicen que nunca como ahora se hizo tanto daño al partido, y los resultados saltan a la vista.
En su trayectoria, Omar ha demostrado que es una persona con el criterio y la disciplina suficientes para hacer un trabajo que regrese la armonía y la organización al hoy alicaído partido político.
El rescate del partido está en manos de su misma militancia.

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