miércoles, 5 de diciembre de 2012

Estudiantes: potenciales sicarios


Otra descomunal riña campal, en la que participaron chamacos menores de edad, muchos de ellos estudiantes de secundaria y preparatoria, corrobora una vez más lo que tanto se ha dicho: la descomposición de la juventud está llegando a extremos sumamente peligrosos. La desorientación del “futuro de México” alcanza límites que nos evidencian como una sociedad a la que importa poco lo que pasará con todos esos muchachos.
Este hecho, y las muertes recientes de jóvenes guaymenses y empalmenses enlistados en el crimen organizado, debieran ser motivo más que suficiente para que autoridades y sociedad en general reaccionáramos de manera emergente, alarmante y rápida para tratar de desviar la atención de los muchachos hacia caminos más seguros, y no dejarlos que sigan creciendo literalmente a la deriva, asumiendo la violencia como la mejor práctica para forjar su futuro.
Por desgracia es una realidad. Después de aquellos lamentables hechos ocurridos en Arizpe, donde el Ejército y la policía abatieron a más de 20 delincuentes, la mayoría de ellos muy jóvenes y varios de ellos originarios de nuestra ciudad; después del asesinato de tres hermanos empalmenses en Guadalajara, Jalisco y dos más hace unos días, y el crimen de otro muchacho guaymense que también se encaminó por el rumbo equivocado, me ha tocado ver a algunas madres llorando de agónico dolor por la pérdida de sus hijos. Por desgracia son lágrimas tardías, dicho esto con todo el respeto a su tragedia.
Esos muchachitos, esas jovencitas que estudian apenas secundaria y preparatoria y ya están acostumbrándose al derramamiento de sangre a través del enfrentamiento a golpes con sus “enemigos”, entiéndase: son potenciales sicarios. Son adolescentes a quienes excita ya sentirse vencedores al costo que sea, y la inmensa facilidad que hay actualmente para el acceso a las drogas, mas la indiferencia de padres y sociedad en su conjunto, representa ni más ni menos que una bomba de tiempo para muchas familias.
Esto, lector(a) amigo(a), no es ninguna exageración. Nos queremos auto proteger bajo el argumento de que “yo sé lo que tengo” cuando nos referimos a nuestros hijos, pero… sinceramente, también los papás que hoy lloran la pérdida de sus vástagos alguna vez llegaron a creer lo mismo. Y mire nada más la forma tan lamentable en la que terminaron.
Alguien tiene que “poner el cascabel al gato”. No es posible que sigamos gritando en el desierto mientras nuestros jóvenes se acostumbran más a escuchar narco-corridos, a admirar a delincuentes famosos por la publicidad que les damos los medios de comunicación, a sumarse a las filas del crimen organizado motivados por lo que llegan a creer que son “actos de heroísmo” el asesinar con ráfagas de metralletas a otros. Pensar así es estúpido. Estamos jugando no sólo con el futuro, sino además con la vida de nuestros hijos. Lo que hoy nos causa indiferencia y en algunos casos hasta diversión, más tarde nos podría provocar lágrimas.
Los pleitos en las escuelas, con las características de este último, que hasta patrullas destrozadas dejó, son el reflejo de lo que esos muchachos están aprendiendo a hacer. Como padres, tenemos que entender que no podemos ir de alcahuetes a defender a nuestros hijos de las autoridades después de que fueron detenidos por actitudes vandálicas. Vamos más bien a apoyar a las autoridades para que éstas hagan el trabajo que nosotros NO QUEREMOS HACER. Defenderlos después de que se portaron mal en la calle, es apoyarlos para que después sean consumados delincuentes. ¿Es tan difícil entenderlo?
¿O realmente es lo que queremos para ellos?

7 comentarios:

  1. la disciplina es la vacuna, y el refuerzo la educacion, via oral, a putazos, cintarazos, martillazos, tablazos, pero sin disciplina no se puede gobernar al chamaco, o chamaca,
    hace como 20 años que se le estirpo a los padres, la autoridad hacia los chamacos, a los maestros tambien. y analizen este punto, y veran que la juventud esta putrefacta, y eso es a causa de la disciplina, valores y cultura, estudio, preparacion bien cimentada y sembrada desde la teta del seno familiar.

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  2. Con todo respeto:
    Hace poco usted publicó un artículo donde relata cómo lo amenazaron unos agentes oficiales y usted decidió no denunciarlos, justificándose con el temor de la seguridad de su familia.
    Entonces ahora no tiene autoridad moral para escandalizarse ni mucho menos exhortar a los demás a que le pongan el cascabel al gato.
    Si aspiramos a resolver el problema, hemos de comenzar por ser decididos y constantes. Es la misma situación por la que tanta gente critica a Calderón y "su" guerra contra el narco. Todos queremos que el problema se resuelva, pero dada la oportunidad, hacemos lo inverso: negar y condenar públicamente para decirle al narco "no soy yo, es Calderón. Ve y mátalo a él, pero no te metas con mi familia".
    Es una mala actitud. De hecho, el verdadero nombre es bastante feo, pero lo omito para que medite serenamente sobre la razón de este comentario.
    Saludos cordiales.

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    1. No son realmente cordiales sus saludos, pero los acepto. Mi calidad moral empieza, amigo, a partir del momento que yo si doy mi nombre para hacer mis comentarios. En realidad no le entendí mucho, deveras. ¿Que no tengo autoridad moral para escandalizarme? Señor, le pido lea bien: yo estoy responsabilizando a las autoridades y a la sociedad en su conjunto, de la cual formamos parte usted y yo, y en consecuencia también somos responsables. Este problema, señor mío (?) no se va a resolver dándonos la contra unos a otros, sino sumando esfuerzos... ¿tiene usted hijos?... si no, entonces lo entiendo... hasta aquí mi comentario, créame que le respondí por atención, pero regularmente no atiendo a anónimos. Con todo el respeto del mundo, son opiniones que no tienen el respaldo de la identidad... le aseguro que mis saludos sí son cordiales... buenas tardes!!!!

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    2. Algo que se me pasó comentar: yo no critico la guerra de Calderón al narco... yo soy de los que siempre la aplaudí... Feliz Navidad!!

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  3. La falta de identidad hace eso menos válidos los argumentos?
    Los periodistas tienen derecho a proteger sus fuentes de información, pero usted implica que yo no tengo derecho a proteger mi propia identidad. Para qué tiene este sitio la opción de "anónimo"?
    El punto, y le pido sinceramente perdón por no expresarme con claridad, es que hay una contradicción entre lo que este artículo y el anterior (el de los agentes) dicen. En aquél entonces era el momento de ponerle el cascabel al gato. La "sociedad en su conjunto" es un concepto abstracto. La responsabilidad es de los individuos de dicha sociedad.
    Yo lo saludo cordialmente, aunque usted no lo acepte y termine firmando anónimamente como "Contraportada".

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    1. Disculpe, no estoy de acuerdo con usted, pero respeto profundamente el derecho que tiene de expresar su propia razón... Contraportada/Víctor O. Fonseca Jacques somos la misma persona... gracias por leerme!!!

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  4. Antes que nada, Buenas tardes !
    Yo creo que el artículo del Sr. Fonseca es más bien encaminado a nosotros como Padres de Familia, para poner mayor atención a nuestros hijos antes que sea demasiado tarde.
    A lo largo de mi vida, he sido testigo de muchos eventos donde los padres enfrentan a un maestro(a) por un llamado de atención a sus hijos, enfrentan a una autoridad en defensa de un hijo que cometió un delito.. Los "salvan" de tales situaciones pero no los corrigen, por el contrario, los hacen sentir que quien estuvo equivocado es quien les llamó la atención..
    Hay muchos padres que poco o nada les importa lo que hacen sus hijos, con quién andan.
    En los últimos tiempos, muchos padres confunden las cosas, tenemos la gran responsabilidad de guiar a nuestros hijos, cuidarlos, ayudarles a reconocer y enmendar errores y en lugar de eso, para que "no se molesten" o con el afán de ganarse su cariño, muchos se vuelven cómplices de sus debilidades y eso es un tremendísimo error.
    Como padre o madre no claudiquemos en el proceso de encaminar a nuestros hijos por un mejor sendero.
    No es culpa o responsabilidad de autoridades.. somos nosotros como padres los que debemos lograr que sean personas de bien.

    Un saludo y gracias por su artículo Sr. Fonseca, ojalá muchos padres de familia le lean y reflexionen.

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