Héctor y sus 100 días

Cuando Héctor Moisés Laguna Torres me comentó, en entrevista exclusiva, que como candidato a primer diputado local por el Distrito de Empalme empezaba una carrera política, el conocido médico empalmense sabía bien lo que estaba diciendo. Veía en su futuro una exitosa incursión en esa difícil actividad, convencido de que haría las cosas bien… y lo ha cumplido.

Con marcada presencia en el Congreso del Estado, Héctor logró hacerse de una imagen que le permitió ganar fácilmente la Presidencia Municipal de Empalme, desde donde ha establecido una postura muy firme en su todavía joven aunque no menos positiva trayectoria política, de tal forma que al llegar a sus primeros cien días de trabajo, tuvo material de sobra para rendir buenas cuentas a la comunidad que cada día confía más en él.

Héctor Laguna.

Héctor vino a romper con todos los prototipos del funcionario común. Sin protocolos ni falsas poses, el Alcalde empalmense trata de gobernar sin distingos y con justicia, aplicando más la cordura y el criterio antes que intereses particulares o de grupos. Se puso a trabajar desde el primer día y puede presumir de ser uno de los pocos ediles que, a nivel Sonora, respondió ya con obra pública a pesar de las adversidades económicas.

En una ocasión, como candidato a alcalde, me comentó que no veía tan complicado el trabajo desde la Presidencia del Municipio si se trabaja con factores fundamentales como responsabilidad, entrega y profunda honestidad, además del verdadero deseo de servir a la comunidad. Ahora, investido como tal, Laguna Torres demuestra que sus palabras sí están bien vinculadas a sus hechos, y los empalmenses ya lo observan y lo aprecian.

Debe decirse: hay pocos políticos así. Son muchos los que llegan por un interés personal en mejorar sus patrimonios y enriquecer a sus amigos. Son contados con los dedos de la mano aquellos que sienten una auténtica vocación de servicio y como tal incurren en la política. Sí los hay, por supuesto. A los corruptos y convenencieros, la historia misma se encarga de ponerlos en su lugar.

El trabajo limpio y honesto en una administración pública no tiene nada que ver con ideologías políticas. Se puede practicar una doctrina partidaria, se puede estar embelesado en los principios de un partido político. Pero el servicio público es punto y aparte, y aquel que responde a los intereses de una comunidad en su conjunto es quien realmente puede presumir de ser un buen político. Lo demás es basura.

Juan V. Rendón.

Héctor está superando expectativas. Está cumpliendo a cabalidad con el compromiso que hizo, y creo que en tres años podrá dejar muy en claro que la política sí se puede practicar con responsabilidad. Todo es cuestión de tenerse respeto a sí mismo para poder responder de la misma manera a los demás. Y él lo está haciendo ahora.

En su mensaje mencionó y ponderó el trabajo de su equipo de trabajo, sobre todo de su Secretario del Ayuntamiento, Juan Valentín Rendón Gutiérrez, en quien ha descargado toda su confianza sabedor de que es un hombre extremadamente honesto (y esto lo escribo porque me consta), que ha despertado a la política y al trabajo interno de la Comuna con resultados que ya saltan a la vista.

Héctor todavía tiene mucho que dar.

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Empiezan a descontarse los días para el inminente Carnaval Guaymas 2013, y atendiendo el llamado que hizo Alfonso Uribe Corona, actual coordinador de las fiestas, me permito sugerirle a la gente que venga a disfrutar de estos festejos, que se van a desarrollar a partir del Miércoles 6 de Febrero con la Coronación de la Reina de los Juegos Florales, para continuar después con un programa ya debidamente establecido, mismo que damos a conocer en este mismo blog.

No va a ser un carnaval ni peor ni mejor a otros. Simplemente, es nuestra fiesta, nuestra tradición, lo que hace que millares y millares de guaymenses y empalmenses nos reunamos cada año para divertirnos cada quien a su manera. Son tiempos en que se convoca al entretenimiento y hay que aprovecharlos. Hay que asistir al carnaval, en familia, con los amigos o como usted guste. Pero hay que asistir.

Demos a nuestros potenciales visitantes una cara de amabilidad y hospitalidad y hagamos que estos días su estancia aquí sea placentera. Ofrezcamos un trato motivador, que los estimule a regresar en fechas posteriores.

El carnaval es para disfrutarlo.